Basado en la obra de Jean Paul Sartre, el film trabaja sobre la condena propia y la pública, la vergüenza y el egoísmo: cada uno es el infierno de los otros.
(Ladies of leisure, EUA- 1930) de Frank Capra, c/ Barbara Stanwyck, Ralph Graves, Lowell Sherman, Maria Prevost. 99’.
Un film devastador, que en tema y puesta en escena se adelantó varios años a su tiempo. Fue un proyecto personal de Wellman, quien aceptó un contrato leonino con la productora Fox a cambio de que le permitieran hacerlo.
Pese a la sinceridad e importancia de su mensaje humanista, el film no impidió que estallara la Segunda Guerra. Es, sin embargo, uno de los más hermosos de toda la historia del cine.
Una película hecha con rostros que transmiten todas las emociones humanas como pocas veces se vio. Al juego de planos cortos y una iluminación que acentuaba los rasgos, hay que agregar la estupenda actuación de todos los actores.
Antonio y Felisa son un matrimonio y han pasado toda la vida juntos en la tranquilidad de su pueblo. Su estado de salud, cada vez más frágil, les impide cuidar uno del otro. A pesar de eso, se resisten a ir a un hogar para ancianos y enfrentan al cotidiano con una ternura y comicidad irresistibles.
(Ai no borei, Francia- 1978) de Nagisa Ôshima, c/ Tatsuya Fuji, Kazuko Yoshiyuki, Takahiro Tamura, Takuzô Kawatani. 105′.
Un pintor (Piccoli) decide retomar una obra que había abandonado, motivado por la visita de un amigo y de su hermosa novia Marianne (Béart). Ese punto de partida sirve a Rivette para elaborar una obra mayor sobre el arte en general y sobre el proceso creativo en particular.
Donny tiene problemas. De niño, cuando se portaba mal, su mamá lo castigaba quemándolo con las hornallas de la cocina. Cuando su madre muere sorpresivamente, Donny lo festeja escuchando música disco, revistiendo de planchas de metal uno de los cuartos de la casa y dedicándose a quemar vivas a chicas que recoge de la calle.
Cuando filmó Possession en 1981, Zulawski venía de divorciarse (parece que no en muy buenos términos) de su primera mujer y vomitó aquí todo su odio y su dolor en una de las descripciones más demenciales y violentas que se hayan hecho sobre la separación de una pareja.
Con un presupuesto exiguo, la ayuda de sus amigos y una inteligencia que él mismo suele desestimar, Romero creó el film de horror más influyente de todos los tiempos.
1984
El abrumador pesimismo de la historia y el brillo de las ideas del autor emergen en esta versión con una claridad que deja sin aliento.
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