En 1961 el gobierno español había prohibido Viridiana, de Luis Buñuel, entre cuyos temas se encontraba la denuncia de la hipocresía implícita en la caridad pequeño burguesa. Berlanga y el guionista Rafael Azcona retomaron esa misma premisa y la transformaron en una comedia negra de insólita ferocidad.
El hombre que atravesaba las paredes es un cuento de diez páginas escrito por el francés Marcel Aymé y llevado al cine por Ladislao Vajda (1905-1965), realizador húngaro que filmó en su país pero también en Inglaterra, Italia, España, Portugal y Alemania.
Cuando Karen Evans descubre que su esposo Adam está teniendo un romance con una joven alumna suya, se pone furiosa y decide pagarle con la misma moneda, comenzando un romance con el joven Pete y fingiendo que perdona el desliz de su esposo.
Un padre de familia debe resignarse a dejar de ser el hombre importante en la vida de su hija, que está a punto de casarse. Casi toda la trama gira alrededor de esa boda y de los preparativos necesarios para llevarla a cabo, que derivan en situaciones de comedia.
El argumento de El matrimonio de Maria Braun se centra en las relaciones individuales entre hombre y mujer, pero el discurso apunta a la sociedad alemana en general.
Admirador del melodrama en general y de las películas de Douglas Sirk en particular, Fassbinder narró en este film la historia de un amor imposible entre un judío y una cantante que se hace famosa interpretando el tema del título en plena Alemania nazi.
Año 2007. En España se ejecutan los primeros desahucios, tras la explosión de la burbuja inmobiliaria. Se trata del inicio de lo que acabará siendo un verdadero tsunami. Un tsunami que dejará sin vivienda a miles de personas.
Exprimiendo y sacando el mejor provecho posible del subgénero del found footage, la película narra el espectacular ataque de un monstruo que se lleva puesta toda Manhattan desde la mirada amateur de un veinteañero que estaba filmando un video durante la despedida de su mejor amigo, a punto de irse a vivir a Japón.
La típica película de terror: cinco universitarios en una cabaña en medio del bosque. Están los personajes estereotipados, las señales que desoyen, el sótano al que no habría que haber bajado y hasta la frase maldita, en latín, encontrada en un diario siniestro, que hubiera convenido no leer en voz alta.
El género a mediados de los 80 comenzó a renovarse y fue agregando humor y parodia. Si el dramaturgo Pirandello había adoptado el término grotesco para hacerlo suyo y entregarle a sus obras esa mezcla de comicidad y tragedia, podríamos decir algo similar de Sam Raimi.
Si en la saga de Alien, las primeras tres mantenían la seriedad correspondiente para determinarlas como películas de una ciencia ficción “seria”, la cuarta, con el estilo de Jeunet, le agrega exceso, humor y parodia que contribuyen al efecto kitsch.
¿Quién desaloja a esta gente?
Amadeo y Ofelia son dos hermanos de mediana edad dueños de un condominio viejo y decadente, pero que conserva su atractivo. Quieren venderlo pero antes deben desalojar a todos sus inquilinos, que se rehúsan a irse.
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