Un documental sobre el tráfico de mujeres a principios del siglo XX en Argentina. La comunidad judía local, indignada con la sobreexposición de los traficantes reacciona y los expulsa de la colectividad bautizándolos como “Impuros”.
Esta no es una película sobre la Navidad. Esta es una película sobre la construcción de la ficción, sobre los protagonistas de la farsa, sobre los explotados del sistema, sobre los mercenarios de la actuación. Una película sobre seres angelicales.
Jorge y Mabel después de 30 años de convivencia, han decidido separarse. Estas son las últimas 24 horas que compartirán juntos como pareja, como familia.
Tres mujeres se cruzan por azar en el fin del mundo e inician un viaje poliamoroso que las transforma hasta devolverlas a su ciudad natal siendo otras, o tal vez aquellas que siempre quisieron ser.
¿Qué queda cuando la utopía no sólo no se ha cumplido, sino que empieza a dudarse de que realmente haya existido?
Toda la tradición del nonsense británico y de la psicodelia de los años sesenta parece decantar en este magnífico ejemplo de terror comédico, secuela de la igualmente memorable El abominable Dr. Phibes.
Un hombre amable e ingenioso, que diseña trucos de ilusionismo, se convierte en “El mago loco” del título original en inglés cuando un villano se queda con su mujer y se apropia de sus ideas.
Hay escasas líneas de diálogo, absolutamente nada de música y la fotografía contrasta negros presentes y blancos pretéritos con potente expresividad. Pocas veces fue usado con tanta funcionalidad el ahora socorrido recurso de la alternancia entre pasado y presente, realidad y ficción.
“La castidad de una mujer es un orzuelo en el ojo del diablo”. Este proverbio irlandés es la excusa de un film que resulta particular dentro de una filmografía que se prepara –al menos en términos cronológicos– para la trilogía más personal.
Oscar Brizuela tiene 80 años y es actor. Vive en la Casa del Teatro, una institución para el retiro de actores y gente del espectáculo. Con un registro que combina found footage, documental de observación y reportaje, esta película intenta representar su deriva.
Los 400 golpes
El primer largometraje de Truffaut sigue las andanzas del joven Antoine Doinel, personaje de rasgos fuertemente autobiográficos. “Trabajando sobre mis recuerdos”, escribió el director “me siento rebelde e inseguro otra vez, demasiado vulnerable y completamente aislado de la sociedad”.
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