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2013

Nacida en Buenos Aires en 1941, Liliana Porter es una figura protagónica del arte latinoamericano desde los inicios del arte conceptual, cuando se estableció en Nueva York en 1964. En 2013 Malba organizó su primera exposición individual en el museo, una instalación site-specific creada específicamente para la sala Silvia N. Braier. El proyecto incluía también el diseño detallado del espacio, realizado por la artista en colaboración con Ana Tiscornia, y se completaba con obras de pared: una serie de collages sobre papel de ese mismo año. 

El libro editado en ocasión de la muestra reproduce vistas de sala de la instalación completa en el espacio expositivo; un conjunto de tarimas planas, de diversos tamaños, dispuesto como un pequeño escenario para personajes diminutos cuyo principal protagonista da título al conjunto. También se ofrecen detalles que permiten apreciar las diversas “situaciones breves”, las tareas esforzadas a las que se abocan las figuras de Porter: construyen y destrozan, esparcen y recogen, derraman y limpian, se caen, tejen, tal como sucede en los collages exhibidos en las paredes del entorno. 

Desde las primeras páginas de la publicación, un ensayo especialmente escrito por la crítica y narradora Graciela Speranza ilumina el trabajo de Porter centrándose en el carácter ambiguo de la temporalidad de su obra.  

"El tiempo de Porter es definitivamente otro, más flexible y más incierto que el de Hawking, un tiempo en el que es posible destruir y a la vez componer, optar por una alternativa sin perder las otras, oír el diálogo de un pingüino con un salero, alumbrar a un hombre con un hacha y también a un jardinero que riega sus plantas en medio del desastre. Es el ambiguo tiempo del arte, que se parece al de la esperanza y al del olvido" —Graciela Speranza.