El perfume ya era otro en la calle frente al edificio del Museo d’Arte Contemporanea. Desde la vereda, una fragancia envolvente, bien diferente al olor cálido que tiene la Roma veraniega, anticipaba la enorme escultura de Ernesto Neto instalada dentro, en el vestíbulo del museo. En el marco de MACRO Hall, el programa que comisiona la realización de obras para ese sitio específico, Neto presentó While Nothing Happens.
Neto utiliza una vez más el tul de lycra, que con su transparencia revela sutiles superficies a pesar del gran volumen general de esta obra. La escultura ocupa casi todo el inmenso hall, sobre el que se ordenan los dos niveles del museo y sus sucesivas salas de exhibición. While Nothing Happenscuelga de la bóveda vidriada del museo a triple altura. Suspendida en equilibrio, la obra se sostiene gracias a una polea anclada en las vigas metálicas que estructuran a los cristales de la bóveda. La lycra pasa por esa rueda, en uno de sus dos extremos hay tres sacos de arena que hacen de contrapeso al otro, al extremo que se abre como una flor y presenta decenas de sacos más pequeños llenos de especias: pimienta, comino, clavo, cúrcuma y jengibre. En un drama interno, la lycra se estira casi al punto de ruptura, la fuerza de tracción en cada uno de sus lados se equipara y la escultura pende detenida en el aire, más o menos a un metro del suelo. La fragilidad subyace a este preciso sistema de tensiones formales, aun cuando una vaporosa y aromática belleza oculte ese carácter tenue. Como lo anuncia el propio título, la obra permanecerá así, en suspenso, mientras nada pase.
En el vocabulario artístico de Neto, los sacos con especias se llaman “cópulas”, denominación que conduce a la idea de unión. La cópula liga una cosa con otra como ocurre, precisamente, en el copular sexual. Y una flor no es sino el brote reproductor de las plantas. En esa suerte de flor invertida que construye aquí Neto, los filamentos terminan en cavidades que contienen condimentos en reemplazo del polen destinado a perpetuar la especie. A su vez, los pétalos de tul están rematados por vigas curvas de madera, engarzadas unas con otras, que definen una amplia corola. Neto ha afirmado esta comparación al expresar, “pienso en esta escultura como si fuera una flor –tiene que tener pétalos y color y también perfume". Sus palabras manifiestan su interés por las formas orgánicas y la percepción, como también su voluntad de crear obras que el público pueda tocar, mirar, disfrutar y oler.
While Nothing Happens trabaja con el vacío, flota en el aire. Por ello, incluso más que con la imagen de la flor, hay otro parangón insoslayable: con los móviles de Alexander Calder. En efecto, Neto concibió esta escultura a partir de los trabajos que realizó en el tiempo de su estancia en el Atelier Calder. Durante la segunda mitad de 2007, Neto residió en Sache, Francia, donde se ubica el gran estudio de Calder, ahora abierto a artistas de reconocida trayectoria para favorecer sus proyectos escultóricos. Si bien Calder no es la única influencia de Neto (a él se suman los brasileños Lygia Clark y Hélio Oiticica, aparte de Richard Serra, Giovanni Anselmo y Constantin Brancusi, entre otros artistas), la consonancia en la sensibilidad finísima de ambos artistas no puede ser discutida. Es que Calder llevó la escultura del siglo XX a un estado de ingravidez y gracia, y Neto sin dudas se aventuró en el camino abierto por aquel.
A partir de los móviles de Calder, la escultura, tradicionalmente asociada al peso y emplazada en el piso, se vuelve grácil, dúctil y cinética. Esa estructura articulada que es el móvil disuelve por completo el concepto de masa, mediante un delicado sistema de equilibrios y contrapesos que permite alcanzar la volatilidad. Neto hace suya la exploración del vaivén y la gravedad, pero la ligereza heredada de Calder se complica en él debido a la transparencia de sus telas. Calder trabajó con hierro. Neto con lycra opalina, deshaciendo todavía más la magnitud del peso, transformando el arte de la forja en costura. No puede ignorarse el carácter político de estos materiales. Mientras que el hierro y la chatarra responden a la industrialización desenfrenada que vivieron las vanguardias históricas, la tela se puede emparentar a las reivindicaciones de la posmodernidad, que abrieron el juego a prácticas consideradas marginales como la costura y el tejido.
Calder y Neto tienen una increíble facilidad para comprender la arquitectura y sus relaciones espaciales, tal vez atribuible a su formación en ingeniería –Calder era ingeniero y Neto tomó cursos de ingeniería antes de dedicarse exclusivamente a las artes visuales. Sin embargo, más allá de una sintaxis formal similar, ambos comparten preocupaciones similares. El trabajo con las coordenadas espaciales se ordena hacia el colapso de la distinción entre arquitectura y biología. Neto propone un hábitat vinculado al cuerpo, una “arquitectura animal” en sus propias palabras. Geometría y biomorfismo también están en Calder, quien creía que la fluidez y la intuición podían dar vida a las cosas inertes. Ambos artistas buscan un arte en contacto pleno con el universo, un arte que no puede ser rígido ni estático porque el mundo cambia, aunque existan fuerzas que lo mantengan en cohesión. Calder, en línea con Joan Miró o Jean Arp, abogaba por un arte abstracto más orgánico. Es esta la abstracción que informa las obras de Neto, ya que no existe en ellas retrato ni figuración pero si claras alusiones a la vida: flores, frutos, órganos, sexualidad.
Al sostener el peso en vilo, While Nothing Happens explota el legado del monument pendu de Calder. Neto juega con los límites en esta obra. No sólo por el oscilar entre tensión y gravedad, sino porque existe una delgada línea entre el placer de ver a esta escultura suspendida y el peligro de su caída.
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Este texto fue publicado originalmente en la revista Artnexus nº 71, diciembre de 2009.
A partir del jueves 16 de enero, Florencia Malbrán dictará el curso Y la nave va: el avance del arte contemporáneo a través de la obra de Ernesto Neto.
La obra "While Nothing Happens" puede verse en Malba, en el marco de la muestra Soplo, hasta el 16 de febrero.
29.11.19— 16.02.20
Ernesto Neto
Soplo
Desde una singular comprensión de la herencia neoconcreta, Neto despliega sus esculturas –elaboradas con materiales como medias de poliamida, esferas de corcho blanco y especias– en grandes instalaciones inmersivas, que proponen al espectador un espacio de convivencia, pausa y toma de conciencia.
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