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A lo largo de su carrera, Iván Argote (Bogotá, 1983) ha creado un conjunto de obras en diferentes formatos –videos, fotografías, esculturas, dibujos e instalaciones públicas– que proponen una reflexión desprejuiciada sobre las relaciones entre historia, política, memoria y subjetividad.

A Point of View [Un punto de vista], su más reciente obra presentada en estos días en los Estados Unidos en el marco de la edición 2019 de la exposición/bienal Desert X, retoma algunos de estos temas.

La obra es una escultura interactiva, instalada en un terreno elevado sobre el Lago Saltón, un gran cuerpo de agua artificial cercano a la frontera con México. Consiste en unas escaleras de concreto ubicadas a metros de la costa del lago, que permiten que los participantes suban y se sumerjan en la visión del paisaje. “La cima de la escalera es un lugar de contemplación y reflexión”, explica Argote. “Un lugar en el que puedes cambiar tu punto de vista y el modo en que te relacionas con el paisaje y la comunidad”.

Materialmente, la estructura combina motivos de los antiguos templos mexicanos y de la arquitectura brutalista de Los Ángeles en el siglo veinte. En cada escalón, además, hay mensajes escritos en español e inglés, que disparan reflexiones sobre cuestiones vinculadas al territorio y la propiedad.  

El contexto natural de la obra, que se encuentra rodeada de restos fósiles marinos e inmersa en esa memoria de la vida marina extinguida entre la vegetación –hasta hace algunos siglos la zona se encontraba cubierta por el Lago Cahuilla, una enorme extensión de agua que abarcaba los valles de Coachella, Imperial y Mexicali–, invita a pensar sobre las relaciones entre lo natural y lo artificial, sobre el paso del tiempo y los ritmos humanos y geológicos.

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La exposición Ternura radical, de Iván Argote, continúa presentándose en Malba hasta el 18 de marzo.