Entre las selvas, las montañas y los mares de América se tejieron historias fascinantes. En tiempos en los que los hombres se transformaban en jaguares, los dioses pedían alimento y los animales hablaban, las tierras de lo que hoy es Colombia fueron escenario de infinidad de trayectorias de vida. Miles de años antes de que los europeos pisaran suelo americano, las poblaciones indígenas de la región constituyeron sociedades de las cuales nos quedan invalorables recuerdos materiales: los objetos. Las piezas que hoy llamamos “arqueológicas” son vehículos de conocimiento acerca de las costumbres y creencias de pueblos de los cuales no tenemos testimonio escrito, y constituyen verdaderos exponentes del arte latinoamericano.
El pasado prehispánico de Colombia es identificado habitualmente con las exquisitas piezas de orfebrería que sus artesanos elaboraron en oro. Su alfarería, en cambio, es poco conocida para el público general. En este sentido, la cesión de la colección D´Alessandro a Malba viene a cubrir un espacio vacante en la esfera del arte y la arqueología latinoamericanos, aquí representados por las culturas culturas Tumaco, Calima, Quimbaya, Sinú, Bajo Río Magdalena, San Agustín, Nariño, Muisca y Tairona, de diversas regiones de Colombia y algunos objetos de zonas aledañas ecuatorianas.
Entre las 402 piezas que integran el conjunto hay figurinas antropomorfas, instrumentos musicales, recipientes, objetos de uso cotidiano, adornos, armas y urnas funerarias. Muchas de ellas proceden de tumbas, y se estima que su antigüedad va aproximadamente desde el 1500 AC hasta la llegada de los conquistadores españoles (1500 DC).
—Texto de Marina Marchegiani y Romina Spano, arqueólogas.
La colección D’Alessandro, compuesta por 402 piezas precolombinas datadas entre el 1000 AC y el 1500 DC, fue generosamente cedida a la colección de Malba por el Doctor Antonio D’Alessandro para su exhibición y estudio.
El conjunto fue formado durante los más de veinte años que el Dr. D’Alessandro residió en Colombia,y como patrimonio arqueológico constituye un testimonio esencial de las actividades humanas de la América aborigen, en este caso de las culturas Tumaco, Calima, Quimbaya, Sinú, Bajo Río Magdalena, San Agustín, Nariño, Muisca y Tairona, de diversas regiones de la actual Colombia y zonas aledañas. Estas piezas,provenientes de yacimientos arqueológicos, poseen un valor inmaterial colectivo internacional: son de dominio público inalienable, están fuera del comercio y por ello se registran en cada Estado Nacional de acuerdo a convenios internacionales de colaboración con otros países.Su preservación y su adecuada gestión son imprescindibles para permitir la investigación sobre las culturas americanas pre coloniales.
El traspaso de esta colección de manos privadas al seno de una institución implica el reconocimiento de su importancia como patrimonio cultural invaluable que merece ser accesible a la comunidad. A partir de su cesión a Malba, el museo tiene el derecho de exhibir esta colección, estudiarla y prestar las piezas para exhibiciones temporales en el país, así comola responsabilidad de procurar su adecuada conservación,por lo que solicitó la asesoría de las arqueólogas Marina Marchegiani y Romina Spano para la autenticación, registro y catalogación de todas las piezas. Aquí se exhibe una selección organizada en torno a núcleos temáticos: la figura humana en la cerámica; instrumentos musicales; objetos vinculados al ritual; implementos para la producción textil; herramientas y armas trabajadas en piedra.
La Fundación Malba agradece profundamente al Doctor Antonio D’Alessandro y a su familia este gesto desinteresado y generoso, que permitirá proteger y dar a conocer esta valiosa colección de nuestra cultura precolombina.