Cada exhibición es una proposición. Cada museo es un proyecto.
La Ene, Nuevo Museo Energía de Arte Contemporáneo, surgió a modo de crítica al sistema institucional y a los modos de circulación, legitimación y producción del arte. Nacido en agosto de 2010, es el primer museo de arte contemporáneo de la ciudad de Buenos Aires. El Nuevo Museo es una intervención crítica sobre su entorno, una manera de construir formatos que renueven las maneras de pensar el museo y de cuestionar la supuesta oposición entre lo alternativo y lo institucional. Es un espacio para la promoción de la experimentación y el desarrollo del pensamiento crítico sobre el arte; un museo abierto, flexible, dinámico, cambiante, expansivo y chévere.
La Ene es la posibilidad de crear un museo que responda a las necesidades de un medio específico. Es una institución que surge porque hay una comunidad que la reclama, no porque haya una colección preexistente que necesite guarida o quien la administre. Una herramienta contra la instrumentalización del arte en función del mainstream, la banalización y la globalización corporativa del museo como marca. La Ene se afirma sobre la filosofía del “hágalo usted mismo” y la nueva museología; es un organismo dinámico y amorfo, inclusivo y agitador. Es un espacio para la cooperación y la comunicación, un espacio de encuentro, receptor de prácticas alternativas de investigación y producción cultural.
Habría que pensar dos genealogías para un proyecto como La Ene: las reacciones que lo relacionan con lo local, y la historia más amplia de la crítica institucional. Las instituciones críticas tienen una historia que data de fines de los años 60, y se materializaron en otras latitudes (como el Moderna Museet en Estocolmo o el Museo del Barrio en Nueva York). En Buenos Aires, durante demasiado tiempo el discurso del arte y el desarrollo de la producción de muchos artistas jóvenes necesariamente han tenido que transitar por galerías comerciales. Dentro de la inmensa cantidad de proyectos autogestionados que existen en la Argentina, la galería sigue prevaleciendo como modelo aspiracional. A falta de instituciones o estructuras gubernamentales que respondan a políticas actualizadas o con fondos apropiados para adelantar el arte contemporáneo y las condiciones de los trabajadores culturales, tiene que existir La Ene.
El museo produce exhibiciones de artistas y curadores locales e internacionales pensadas específicamente para su espacio, genera actividades educativas que promueven lecturas renovadas de la historia del arte y las prácticas artísticas, jornadas, talleres, conferencias y charlas íntimas e informales. Establece una red de diálogo entre proyectos independientes de América latina y el resto del mundo, que incentiva la promoción de artistas y el intercambio de exhibiciones, material e ideas.
Primero existió la institución y luego la colección. Para La Ene, la creación de una colección no constituye una instancia de legitimación, sino un statement sobre lo que se puede considerar una colección y cómo se la puede conformar. Si La Ene señala un vacío institucional, su acervo tiene un mismo sentido crítico sobre cómo se adquieren, conservan y circulan –o no– los patrimonios de nuestros museos. Nuestra colección se almacena en una memoria digital. Las piezas son parte de la colección no como objetos, sino que se producen cada vez que se exhiben gracias a la cesión de los derechos de su reproducción, otorgados por los artistas. Es un conjunto híbrido, que conjuga elementos tradicionales de las nociones de colección y archivo con tecnologías de la información.
Esta colección surge del análisis de las problemáticas que supone para un museo tener un acervo propio, las dificultades vinculadas a la conservación de las piezas que lo conforman y su reserva. Este nuevo formato permite su traslado e instalación en cualquier parte del mundo. Sus obras se pueden reproducir adaptándose al espacio a ocupar: hay algunas que existen en la memoria; otras que se imprimen, se rehacen o se proyectan. Un píxel es lo mismo en todos lados. Una memoria se expande más allá de un edificio.
La exposición Sucursal se plantea como una sede temporal de La Ene en Malba. El núcleo principal está conformado por la exhibición de la colección del museo junto a material de archivo que da cuenta de las actividades realizadas durante los cuatro años de vida de La Ene. A su vez, Radamés “Juni” Figueroa de Puerto Rico y Sofía Olascoaga de México llevarán a cabo proyectos específicos como parte de sus residencias en el marco de la exposición. Por último, la obra de Luis Camnitzer El museo es una escuela, donde se imprime la ideología de La Ene en relación con su concepción del rol social del museo, se presenta en la fachada de Malba. La Ene no es una respuesta, sino muchas preguntas: ¿Cómo tener una colección sin depósito? ¿Cómo ser político sin ser proselitista? ¿Cómo ser una institución crítica y autorreflexiva? ¿Cómo se conforma una colección desde las limitaciones físicas pero con las posibilidades de la memoria?
Este Nuevo Museo promueve actuar por fuera de las instituciones establecidas para crear las propias y proponer ideas cuando todos los oídos son sordos. La Ene será un proyecto exitoso si sobrevive a todos nosotros, si ya no es necesario o si finalmente deja de ser ad honórem. No necesariamente en ese orden.
Texto de Gala Berger, Sofía Dourron, Marina Reyes Franco y Santiago Villanueva, que sirvió como presentación de la exposición C-32 Sucursal. La Ene en Malba.
El proyecto trata de forzar al museo que acepta a hacerlo a que establezca un contrato de servicios con el público sobre cómo se va a comportar de allí en adelante. Implica que se dedicará a hacer muestras dentro de un espíritu educativo y no funcionar meramente como un depósito de obras coleccionadas en honor de los dueños y los consejos de directores. Se trata justamente de minimizar la huella del ego y acentuar la función pedagógica. Es por eso que insisto en que la obra pase a ser institucional y no como expresión de mi arte, para que el público pueda exigir una rendición de cuentas si percibe que la institución está traicionando el espíritu de la frase. Es por eso que la tipografía es la que normalmente utiliza el museo, el diseño está hecho por el equipo de diseño de la institución y existe un compromiso de publicar una postal "oficial". Es obligar a las instituciones a que dejen de funcionar como mausoleos erigidos en honor de algún individuo o individuos, o de una clase social, y entrar en un contrato social que redistribuya el poder. Ya sé que no va a pasar nada, pero si uno no trata de afectar cambios es peor. Así, por lo menos el público sabe qué derechos tiene y con suerte presiona a las instituciones para que cambien, o para que si no cambian por lo menos queden expuestas en su hipocresía.
Ediciones de la postal publicadas por diferentes museos y fotografiadas por el propio Luis Camnitzer
El artista Luis Camnitzer (Alemania, 1937) explica la historia y el alcance de su obra El museo es una escuela, que se presenta actualmente en el museo como parte de la muestra C-32 Sucursal. La Ene en Malba.
08.08— 13.10.14
C-32
Sucursal
Una exposición dedicada a La Ene -Nuevo Museo Energía de Arte Contemporáneo-, un proyecto de crítica institucional, fundado en 2010 en Buenos Aires.
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