El día empieza en un pequeño pueblo rural del norte de Portugal. Sus habitantes se sumergen en sus tareas cotidianas, la cámara los acompaña discretamente y se detiene en las manos y los rostros de las mujeres que llevan adelante trabajos casi invisibles, que parecen a su vez una forma de sabiduría ancestral en peligro de extinción.
Un grupo de excombatientes comparten una tarde juntos, juegan a las cartas y cantan, pero esas imágenes apacibles colisionan contra el material de archivo de las guerras coloniales que estos hombres pelearon en suelo africano, abriendo una ventana a lo que esos rostros y esas voces cargan en su interior.
La imagen resulta casi espectral. Un laberinto de ramas y raíces emerge de las aguas, y allí un grupo de niños aprende a leer y escribir. Las escuelas montadas en el centro de manglares aparecen en Guinea-Bissau para la década del '70, en un intento por alejar a los niños de las zonas de conflicto durante los largos años de lucha armada y organización guerrillera que precedieron a su independencia.
Un grupo de mujeres armadas defiende y maneja una refinería de combustible clandestina. El mundo que las rodea parece salido de una película de ciencia ficción postapocalíptica pero es, en realidad, el rabioso presente latiendo en la pantalla.
Ana creció en São Miguel, una pequeña isla en medio del Océano Atlántico. La religión y las tradiciones familiares definen su entorno, pero Ana es joven, tiene un espíritu inquieto e intuye que otra vida por fuera de esos mandatos es posible.
La ópera prima de Inês Gil es el retrato de una mujer, pero también es una exploración sobre la autonomía de los cuerpos, la belleza, lo femenino, los mandatos y las consecuencias de elegir vivir a contramano de la norma.
Planteado en un principio como el registro del desarrollo de un taller de cine dictado por Meerapfel, el film se transforma paulatinamente en un testimonio insoslayable del momento en parte porque la dictadura es una sombra recurrente sobre los temas presentados por los alumnos del taller y en parte porque Chiesa, que era parte del equipo técnico, revela haber sido desaparecido.
La película está bañada en una atmósfera cuya magia sólo puede expresar el cine: imposible para el teatro evocar así la angustia del crepúsculo y de los espacios de niebla, de darle a las formas ese flou, esa falta de definición propia de un mundo de pesadilla.
La joven Hannah procura comprender su presente -y sobre todo su presente sentimental- indagando sobre su madre, Malou, una mujer que en el pasado ha sacrificado la posibilidad de una vida independiente para acompañar al hombre amado.
Osvaldo Bayer realizó la investigación e integró el equipo de guionistas de este film, que se cuenta entre los muy pocos del período en tematizar las variables responsabilidades de la sociedad civil durante la dictadura.
Una mujer desaparece. Dos hombres salen en su busca: ambos la aman. ¿Por qué se fue? Cada uno de ellos tiene su propia sospecha, y la oculta al otro que misteriosamente nunca llega a ser su rival. Ninguno tiene razón pero ¿alguien la tiene?
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Três Dias Sem Deus
Primer largometraje de ficción dirigido por una mujer de la historia del cine portugués. Estrenada en agosto de 1946, en Lisboa, integró la competencia oficial del 1° Festival Internacional de Cine de Cannes que se realizó ese mismo año.
01.02.2023