El personaje es histórico y sus crímenes legendarios. Según el historiador chileno Benjamín Vicuña Mackenna, La Quintrala fue “azotadora de esclavos, envenenadora de su padre, opulenta e irresponsable Mesalina, cuyos amantes pasaban del lecho de la lascivia a sótanos de muerte”.
A primera vista, esta tercera adaptación cinematográfica de la novela del autor cubano-español Alberto Insúa es una obra atípica en la filmografía de Del Carril. Sin embargo, los motivos románticos, el sentido trágico, el desborde expresionista en una escena onírica y la narración fuerte y sintética son rasgos recurrentes de su estilo cinematográfico.
El drama de los mensúes en los yerbatales misioneros ya había sido tratado por Mario Soffici en Prisioneros de la tierra (1939) pero Del Carril lo abordó en términos más brutales y pragmáticos: no es el fatalismo de la tierra lo que oprime a sus personajes, sino la lisa y llana explotación del hombre por el hombre.
De Hugo del Carril
En La sentencia, el realizador se aproximó a la sensibilidad de los cineastas de la generación del ’60 con este film sobre jóvenes marginales, situados en las antípodas de esos otros que por entonces cantaban y bailaban en El Club del Clan, por ejemplo.
Para finales de la década de 1940, Diego Rivera no sólo era el fundador más reconocido de la Escuela Mexicana de Pintura y el artista mexicano de mayor fama internacional, sino que se le consideraba un auténtico héroe nacional en el terreno de la cultura.
Dino se mueve entre dos mundos antagónicos: la fascinación por la música y las modas occidentales y la rigidez inmutable de la vida en Yugoslavia. El chico busca la libertad en la vida marginal de las calles, y un día tiene que esconder a Dolly Bell, una prostituta de la que se enamora.
Algo hay detrás de ese McCarthy enamorado de un maniquí que cobra vida (y que al envejecer se mudaría a Sex & the City), algo hay detrás de esa banda sonora, esos colores chillones y esa forzada sensación de que está todo bien.
La película se filmó en Nueva York en 57 días. Ellen Kuras –la fotógrafa del film– usó dos cámaras en mano rodando simultáneamente, y sin mayores marcas, permitiéndole a los actores absoluta fluidez.
Born Yesterday, EUA-1950, dir. George Cukor, c/Judy Holliday, William Holden, Broderick Crawford, Howard St. John. 103’.
El sueño de la Malinche (1939), de Antonio Ruiz, “el Corcito”, es una obra muy pequeña, del tamaño de un retablo tradicional. En ella se mezclan el realismo social, el indigenismo, el realismo mágico y el surrealismo; está repleta de simbolismos y detalles en torno a la identidad mexicana.
El sueño de la Malinche (1939), de Antonio Ruiz, “el Corcito”, es una obra muy pequeña, del tamaño de un retablo tradicional. En ella se mezclan el realismo social, el indigenismo, el realismo mágico y el surrealismo; está repleta de simbolismos y detalles en torno a la identidad mexicana.
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Un viaje a la prehistoria
Este fue uno de los primeros largometrajes de Zeman, maestro checo del cine de animación y fantasía, y creador de clásicos como Una invención diabólica y El barón de la castaña.
29.01.2018