En el marco del ciclo Animé, hoy a las 22:00 se proyecta la primera parte de la Maratón Mazinger Z. Producida entre 1972 y 1974, la serie fue un hito en el animé y su éxito produjo una larga lista de secuelas e imitaciones.
El personaje de Go Nagai ya había sido popular en la historieta, pero su transposición a la TV fue el factor que consolidó su enorme influencia. Dicen los que saben que la innovación de Nagai consistió en mejorar el concepto de robot gigante y superpoderoso, al agregarle un tripulante humano, algo que hasta entonces no se había dado en la ciencia-ficción nipona. La relación entre el hombre y la máquina fue explotada de todas las formas posibles a lo largo de la serie, empezando por los arranques temperamentales de su imperfecto protagonista Koji Kabuto, piloto de Mazinger, quien no siempre logra dominar el hecho de tener tanto poder en sus manos. Humano y robot se confunden también en Afrodita A, robot de formas femeninas cuya única arma defensiva son los dos proyectiles que se ocultan en sus pechos.
Los villanos de la serie son aún más memorables que los héroes. Comandados por el diabólico doctor Hell, se sucedían el Barón Ashler -que es mitad hombre y mitad mujer- el Conde Decapitado -que andaba por la vida llevando su propia cabeza bajo el brazo- y el Duque Gorgón, mitad humano y mitad tigre de Bengala. En cada episodio Mazinger debía combatir con un nuevo monstruo mecánico que estos villanos lanzaban sobre el mundo civilizado, en una guerra permanente que, de hecho, no terminaba con el último capítulo de la serie. Como en la mayor parte de las ficciones fantásticas orientales, el Mal nunca es totalmente vencido: sólo cambia de rostro.