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Literatura

En el marco de Verboamérica, exhibición de la Colección Permanente del museo, MALBA Literatura invita a autores de Argentina y América Latina a llevar a cabo un proceso de indagación, diálogo y creación de textualidades en tres etapas. En una primera instancia, los autores entrarán en contacto con la exhibición para trazar lecturas en torno a sus obras; luego, dialogarán con otros autores acerca de sus puntos de vista al tiempo que llevarán a cabo un proceso de escritura y creación. Por último, participarán de este encuentro abierto al público.

En este contexto, les propusimos contestar tres preguntas sobre su trabajo a cada uno de los participantes de la segunda edición de este ciclo, que tendrá lugar el miércoles 17 a las 19:00: Diana Bellessi, Gabi Cabezón Cámara y Marcial Gala: 

1. El diálogo entre bellas artes y literatura existe desde épocas inmemoriales, ¿cómo le parece que funciona hoy ese vínculo? ¿Qué determinaciones particulares asume en la actualidad?
2. Verboamérica propone una lectura particular de la colección del museo enfocada en las propias ideas y terminología de los artistas latinoamericanos y en algunos ejes muy definidos como "trabajo", "feminismo" o "negritud". ¿Cómo trabajó con esa propuesta? ¿Cuáles son los elementos que va a tomar de ella y cuáles no?
3. ¿Cuáles son las obras que más le interesaron? ¿Que tipo de experiencias extrajo de ellas para presentar en este proyecto?

Las respuestas fueron las siguientes:

Diana Bellessi

1. Las vanguardias del siglo XX intensificaron el diálogo entre el mundo de la poesía y el de las artes visuales, la poesía concreta es una muestra de ello en Latinoamérica, y los artistas siempre nos espiamos entre nosotros. En momentos de crisis social y económica como la que vivimos en la actualidad, la unión hace a la fuerza, en términos anarquistas y en los mitos televisivos de la guerra de las galaxias.

2. Diría que “trabajo”, en honor a De La Carcova y a Berni. Cuando vi que la colección del museo tenía obra del Taller Popular de Serigrafía, sentí una ola de amor por ellos y por el recuerdo de los acampes donde estuvimos junto a finales de los noventa y principios del dos mil. Por eso los elegí.

3. Recuerdo su maravillosa energía, y las multitudes sacándose las camisetas para que ellos las imprimieran con imágenes y poemas. De eso hablaré.

Marcial Gala

1. Es como dices, entre bellas artes y literatura desde siempre ha existido esa especie de conexión inversa entre lo congelado en el tiempo, el instante que intenta ser eterno y lo que es tiempo narrado y esa condición de elaborado, de instantes convertido en arte sigue fascinando a los escritores contemporáneos, en muchas novelas e incluso en tres de mi autoría, Sentada en su verde limón, Monasterio y La catedral de los negros, esta condición de lo artístico como enigma y como espejo que nos entrega nuestra verdad deformada están muy presentes.

2. Trabajé con el gran pintor cubano Wilfredo Lam que es una especie de arquetipo artístico de la cubanidad por su capacidad de unir los diferentes elementos que conforman el “ser cubano”: lo autóctono, lo asiático, lo europeo y africano, sumándole a eso la influencia innegable del cubismo y el surrealismo pues Lam es sobre todo el pintor cubano que más supo integrar lo contemporáneo a lo específicamente cubano. Trataré de tomar todos los elementos, en Lam lo mágico ocupa un lugar especial que lo hace muy susceptible de ser trabajado por mí, que muchas veces en mi escritura parto de lo mágico de lo indescifrable de la experiencia paranormal y religiosa. La negritud como concepto que va más allá de la experiencia americana me interesó mucho, gran parte de la obra de Lam te lleva a pensar en las señoritas de Avignon de Picasso y utilicé esa vertiente que combina con la modernidad y hace que lo cubano escape de la insularidad a que parece estar condenado.

3. Me intereso mucho, reitero, la obra de Lam, el único cubano representado en MALBA, me gustó mucho que su cuadro sea tan luminoso y tan oscuro a la vez, casi una metáfora de lo que es mi país.

Gabi Cabezón Cámara

1. No podría contestar qué determinaciones particulares tiene el diálogo entre arte y literatura hoy. Sí cómo me vinculo yo, escritora, con el arte contemporáneo. Y con los artistas. En principio, admiro la libertad de los artistas en cuanto a todos los soportes y materiales que se les ocurre usar para su producción: del video al óleo, del audio a la fórmica, de los escombros al oro, de las performances relacionales a la soledad del taller, como si no hubiera más límites que los de la cabeza de cada uno. La materia de la literatura, y hablo de materia en sentido estricto, de cosa con la que está hecha, es la lengua y ninguna otra cosa, por lo menos en la manera en que yo la concibo; las nuevas tecnologías tienden a borrar esa especificidad, y también la diferencia entre las diferentes disciplinas del arte, pero yo todavía trabajo en la disciplina literatura. En la lengua, eso que usamos los escritores en nuestro trabajo, cabe buena parte del universo y la lengua –incesante– crea miríadas de universos propios. Y la representación de la que no cabe es uno de nuestros desafíos. El otro, hablo de los más importantes, crear una lengua propia: no ser hablado por otro. En ese sentido, el diálogo con el arte es muy estimulante.

2. Recorrí la muestra pensando en la charla que tenemos el miércoles con Diana, Marcial y Fermín, que tiene como eje pensar algunas relaciones entre las obras de los artistas y la propia. Y tiene límites concretos: lo que se puede decir en una mesa, en el tiempo que dura una charla. Miré recortando en función de esto. Elegí los ejes "Trabajo, multitud y resistencia" y "Cuerpos, afectos y emancipación" porque son los que más directamente se relacionan con mi propia producción y con mi mirada sobre el mundo.

3. La primera pregunta no la puedo responder: me interesaron todas de un modo u otro o incluso de varios modos, disfruté de la narración que construyó el curador de esta muestra. En función de la charla del miércoles elegí hablar de CV laboral, la obra de Ana Gallardo, una de los artistas argentinos que más me interpela. CV es un archivo de audio en el que Ana hace la lista de todos los trabajos que tuvo en su vida; una obra de una sencillez alucinante que construye una especie de cartografía de la supervivencia, de todo eso que tiene que hacer un artista o un escritor para sobrevivir en países como el nuestro, quiero decir en los que la riqueza está distribuida tan bárbaramente que lo poco que queda para la mayoría no deja resto para financiar el arte y los artistas. Ni siquiera para lo más urgente, lo que puede ser de vida o muerte, claro: los hospitales, las escuelas y las universidades, que en general no tienen la infraestructura y los insumos necesarios. Ni para que familias enteras, adultos y nenitos, tengan otra opción que vivir en la calle. Me interpelaron fuertemente, también, los afiches del peruano Jesús Ruiz Durand: son el manual de instrucciones y la señalética de la construcción de una utopía. Y mezclan el pop más brilloso con lo andino en viñetas de historieta. Deslumbrantes.