La adaptación de una novela clásica checa de Bohumil Hrabal mezcla el orgullo de ser empleado ferroviario de un joven aún virgen, la llegada de los nazis, y la traumática iniciación sexual. En impecable blanco y negro, con mezcla de humor melancólico y cínico, la precisión de las imágenes inunda todo con una mezcla de promesa sexual (o sensual) y muerte. Una gran explosión final llega como el tan demorado orgasmo. Texto de Elvio E. Gandolfo.
Trenes rigurosamente vigilados (Ostre sledované vlaky, 1966) de Jirí Menzel, c/Václav Neckár, Josef Somr, Vlastimil Brodsky, Vladimir Valenta. 93’.