Un policía traslada a un hombre herido a un pequeño hospital, y la violencia no tarda en desatarse. Los pocos médicos y pacientes que hay se ven rodeados por unos encapuchados y son amenazados por una extraña criatura que crece dentro del hospital. Resulta casi ineludible invocar el santo nombre de Carpenter para hablar de The Void. Pero Asalto a la prisión 13 y El enigma de otro mundo no son ni remotamente las únicas influencias de este festín todoterrorífico, que se alimenta con igual voracidad de Lovecraft, Brian Yuzna, Alien y, en fin, de todo lo que sirva a sus nobles fines de hacernos saltar de la butaca y/o desviar la vista de la pantalla. Quedan avisados: el cóctel de gore, criaturas viscosas, satanismo y ciencia loca de The Void no es apto para cualquier estómago (menos aún, ya verán por qué, para panzas de embarazadas). Sepan los valientes que serán recompensados con monstruos gloriosamente analógicos, amor invencible por el género y hasta el reencuentro –en un elenco de sólidos desconocidos, de esos que dignifican la clase B– con la Knives Chau de Scott Pilgrim vs. the World. Texto de Agustín Masaedo.
Canadá - Canada, 2016 / 90’ / DCP / Color
D, G: Jeremy Gillespie, Steven Kostanski
F: Sany Ivangeli
E: Cam Mc Lauchlin CP: Cave Painting Pictures, JoBro Productions, Film Finance
I: Kathleen Munroe, Ethan Wang, Kenneth Welsh, Aaron Pole