En la película de Carlos Echeverría confluyen dos ejes: uno reconstruye la historia de Erch Priebke, criminal de guerra nazi. El otro analiza el rol de la comunidad alemana en Bariloche, que lo encubrió y lo incorporó a su proyecto político- cultura. Los recuerdos personales del director son el hilo conductor.
Carlos Echeverría: “Traté de comprender la sociedad en la que crecí; una sociedad que no solo le brindó amparo a personas como Priebke y a otros criminales nazis, sino que también les ofreció un lugar preponderante en esa misma sociedad. Los efectos del proyecto que quise desentrañar siguen vigentes. Durante los festejos y recordatorios por los 100 años de la ciudad de Bariloche, celebrados en Mayo de 2002, se obvió mencionar el capítulo traumático de su historia como refugio de nazis y sus lamentables celebridades”
Un proyecto que incluyó una escuela de la que el propio Priebke fue director hasta su detención. Los alumnos de esa escuela fueron los únicos de la ciudad a los que se les prohibió ver el filme La lista de Schindler. En esa sociedad no se hablaba del holocausto, las SS o los campos de concentración. Había un pacto de silencio.
El documental fue filmado en Alemania, Italia, Chile y Argentina, con testimonios y material jamás divulgado acerca de los nazis que se escondieron en Sudamérica. Como los filmes familiares de Priebke compartiendo un asado al borde del lago Nahuel Huapi. O imágenes escolares en las que el oficial SS entrega los diplomas a los egresados de la escuela.
Pacto de silencio (2005) de Carlos Echeverría. Largometraje c/ Edgardo Mesa, Carolina Petrone, Pedro Echeverría, Marcos Woinski. 134´.