Se basa en un comic que Miyazaki publicó en la revista Animage a partir de febrero de 1982 y continuó ininterrumpidamente hasta 1989, con apariciones posteriores en los años 1990, 1991 y 1993. En la filmografía de Miyazaki se pueden hallar varias constantes, como los elementos pertenecientes a los más tradicionales cuentos de hadas. En Porco Rosso, el protagonista es un cerdo con cuerpo de humano gracias a un encantamiento de amor. En Laputa una ciudad buscada por el protagonista se encuentra en el cielo. En El servicio de entregas de Kiki, hay una brujita que vuela sobre una escoba. En esa línea, Los guerreros del viento implica el cumplimiento de una profecía a manos de una Princcsa destronada y hay un bosque encantado, convertido en una monstruosidad tóxica, cuna de seres innombrables y pasajes abismales. También hay el equivalente a un dragón en una masa putrefacta y en estado de descomposición, mascota de una Reina diabólica. Otro punto recurrente es el protagonismo femenino casi absoluto. En Mi vecino Totoro, Laputa y Kiki hay niñas de carácter fuerte que, sin embargo, mantienen una conducta femenina más o menos acorde a sus edades. En cambio, en Porco Rosso (donde hay una mecánica pendenciera) y Los guerreros del viento (una princesa experta en el manejo las armas), los estereotipos femeninos son reemplazados por roles de orden masculino: no sólo no le escapan a la violencia física sino que ésta forma parte de su lenguaje y comportamiento. Se las puede comparar con el personaje de Ripley, de la serie Alien. Textos de Christian Aguirre y Fernando Martín Peña.
Los guerreros del viento (Tenku no Shiro no Nausicaa, 1984) de Hayao Miyazaki. 84’.