Algo cotidiano (lamentablemente cotidiano, esto es) que dispara algo inusual, paranormal: un accidente automovilístico, un coma de cinco años, un don psíquico para ver la vida de los demás mediante un apretón de manos. Y los estilos inquietos de Stephen King y David Cronenberg que se vuelven uno solo, inseparables bajo la presencia impávidamente macabra de un Christopher Walken en las cimas de su arte. Confidencias que desembocan en asesinatos en serie y campañas políticas que culminan en detonaciones nucleares en el medio de la Norteamérica más básica y engañosa. Esa que retrató King a lo largo de gran parte de su obra y a la que Cronenberg regresaría años más tarde con Una historia violenta.
La zona muerta (The Dead Zone, EUA-1983) de David Cronenberg, c/Christopher Walken, Brooke Adams, Tom Skerritt, Herbert Lom. 103’.