La acción transcurre a bordo de un tren que atraviesa un país imaginario de Europa del Este. Las circunstancias de su intriga son bastante imprecisas, como corresponde a todo McGuffin hitchcockiano, y refieren a una compleja operación de espionaje desbaratada por casualidad. Importa mucho más el misterio central de la trama, la relación entre los protagonistas Lockwood y Redgrave y, sobre todo, el humor. Como dice el personaje de May Whitty, “No se puede juzgar a un país por su política exterior. Fíjese en los británicos, por ejemplo, que personalmente somos buena gente”.
La dama desaparece (The Lady Vanishes, Gran Bretaña-1938) de Alfred Hitchcock, c/Margaret Lockwood, Michael Redgrave, Paul Lukas, May Whitty. 97’.