Tanto el tiempo dedicado a meditar su film como su logro previo en la ópera Las Walkirias de Wagner, contribuyen a explicar el estilo de Iván el Terrible, una suerte de majestuoso teatro de cámara, muy alejado de la reconstrucción puramente exterior que suele tener el cine de época. La impostación era cercana a la del teatro isabelino, con una deliberada grandilocuencia en el material, en el lenguaje de los diálogos, en el uso de la poesía y de la música. Comparar a Iván el Terrible con una ópera no es equivocarse demasiado. Eisenstein agregó ecos contemporáneos a la figura de Iván. Diversos historiadores habían señalado que Stalin era un Iván el Terrible del siglo XX, con lo que no debió parecer extraordinario que Iván apareciera como un Stalin del siglo XVI. Texto de Homero Alsina Thevenet.
Iván el Terrible (Ivan Grosny, 1943) c/Nikolai Cherkassov, Ludmila Tselikovskaya, Serafina Birman. 96’.