Antes de que Rock Hudson lo convirtiera en un deporte, Cary Grant fue pionero en crear guiños sobre una orientación sexual fuera del heterosexismo en algunas de las películas en las que actuaba. Una década antes de la icónica Una Eva y dos Adanes, Grant se traviste de novia sin convencionalismos y sin que el gesto del disfraz se transforme en ironía homófoba. Y, además de funcionar como burla a la lógica militar, usa uno de los peores peinados de drag queen que el cine clásico jamás haya ostentado exhibir.
La novia era él (I was a Male War Bride, EUA, 1949) de Howard Hawks, c/Cary Grant, Ann Sheridan. 105´.