LA CONTRASEÑA (The High Sign, 1921) fue el primer corto que Keaton filmó tras separarse de Roscoe Arbuickle, pero no quedó satisfecho con el resultado y demoró su estreno algo más de un año. Se advierte el esfuerzo por atarse a un argumento convencional pero también hay destellos de genio, algunos simples y recurrentes, como la contraseña del título, y otros de gran complejidad mecánica, como el set de varias habitaciones en el que se juega una persecución. El prólogo de EL TEATRO (The Playhouse, 1921) demuestra ese mismo amor suyo por la mecánica precisa, en este caso la mecánica de la cámara de cine y sus posibilidades de sobreimpresión, que lo multiplican hasta cubrir todos los roles necesarios de un espectáculo, arriba y abajo del escenario. El resto del film es interesante porque recrea el ambiente del vaudeville popular, que ya estaba desapareciendo en 1921 y que fue donde Keaton se formó artística y personalmente. EL CHIVO (The Goat, 1921) es otro impecable ejercicio de lógica onírica, al estilo de CONVICTO 13, pero sin necesidad de dormirse. Hay por lo menos dos gags importantes de este film que Chaplin reelaboró después en LUCES DE LA CIUDAD.
La función del viernes 11 es con entrada gratuita pero no incluye la proyección de La contraseña.
La función del domingo 27 estará acompañada por música en vivo a cargo de la National Film Chamber Orchestra.