Lasar Segall
un expresionista
brasileño    
05.07—
15.09.2002

Esta exposición llega a Buenos Aires para presentar, por primera vez en el país, una retrospectiva de 141 obras de la prolífica carrera de Segall (1891-1957). La presentación incluirá óleos, acuarelas, gouaches, tintas y grabados producidos a lo largo de casi cinco décadas. Las piezas pertenecen al Museu Lasar Segall, la Pinacoteca do Estado de São Paulo, el Instituto de Estudos Brasileiros y el Museu de Arte Contemporânea (ambos de la Universidade de São Paulo), y a importantes instituciones y colecciones privadas de Brasil.

El objetivo de esta exposición es reconstruir los cruces culturales y artísticos que resultaron en el arte de Segall. Se combinan en él su origen lituano, su ascendencia judía, su formación alemana influenciada por el expresionismo y su radicación en Brasil. Así, la exposición intenta reflexionar sobre el sincretismo cultural como experiencia característica de la modernidad.

La exposición se organiza en diez conjuntos temáticos, que, según la curadora, “permiten una comprensión bastante clara tanto del repertorio de temas de Segall como del cambio de tratamiento que ocurre en cada uno de ellos cuando comparamos la producción europea con la brasileña. Al mismo tiempo, esta organización permite realizar una lectura más profunda del proyecto poético del artista: resulta emocionante ver los saltos o las reiteraciones de cuestiones estéticas, en el transcurrir de la vida de este artista emigrante”. Los grupos temáticos son: retratos y autorretratos; figuras humanas en escenarios urbanos; figuras humanas en interiores; naturalezas muertas; maternidad y familia; temas judaicos y genocidio; emigrantes; prostitución; escenas de la naturaleza y florestas.

En el período europeo de los años 10, predominan temas ligados al humanismo trágico, el judaísmo y el ambiente artístico alemán. En la producción paulista, que se inicia en 1923, se distinguen tres momentos principales: la llamada “fase brasileña” de los años 20, en la que se destacan paisajes y tipos locales; el período de los años 30 y 40, cuando se manifiesta una preocupación por lo social; y la etapa final de los años 50, en la que el artista retoma motivos anteriores y trabaja en series como “Erradias”, “Favelas” y “Florestas”.