En 1968, en el marco de la 34a Bienal de Venecia, el artista argentino Nicolás García Uriburu realizó una advertencia contra la contaminación de ríos y mares, al colorear con pigmento verde las aguas del Gran Canal de esa ciudad. A partir de ese acontecimiento desarrolló una vasta serie de “intervenciones en la naturaleza” en defensa del medioambiente, que lo transformaron en uno de los referentes del arte ecológico en el mundo.
En la sala 2 de MALBA, dedicada a la colección permanente del museo, puede verse el cuadríptico Hidrocromía intercontinental (1970), que incluye los registros documentales de cuatro de esas intervenciones: en el Sena en París, el River East en Nueva York, el Río de la Plata en Buenos Aires y el Gran Canal en Venecia. Se trata de fotografías de toma directa, trabajadas luego al pastel por el artista.