El film es una fantasía biográfica alrededor de la figura del legendario cantor José Betinotti, autor de la canción "Pobre mi madre querida", lo que permite recreaciones detalladas del circo criollo, de los tempranos estudios de grabación fonográfica, de los mítines políticos animados con comida, bebida y canciones, de las primeras luchas obreras y de los orígenes del tango-canción. En muchos sentidos la narración es similar y complementaria a la de otro film de Manzi y Pappier, Pobre mi madre querida (1948): la música y las canciones comentan la acción, al mejor estilo de la opereta tanguera, y hay una zona de amores trágicos repartidos entre la muchacha buena, que es casi como una madre, y otra mujer más carnal pero también más inestable. Del mismo modo que el antihéroe del film anterior, el protagonista de El último payador demuestra una especie de determinación autodestructiva frente a la muerte, aunque en este caso lo ayuda una fatalidad histórica: Betinotti ha de morirse, como se sugiere ya desde el título, para que el tango nazca.
EL ÚLTIMO PAYADOR (Argentina, 1950) de Homero Manzi y Ralph Pappier, c/Hugo del Carril, Aída Luz, Orquídea Pino, Gregorio Cicarelli, Ricardo Passano (h). 90’.