El detective-espía Lemmy Caution llega a Alphaville en busca de un hombre y encuentra una sociedad dominada por un extraño fascismo tecnológico. Ese punto de partida resulta en una de las películas más representativas de la filmografía de Godard, quien se dio el gusto aquí de dar vuelta como un guante las convenciones de la ciencia-ficción y del cine de gángsters. En la década del 50, Lemmy Caution era un popular personaje del pulp francés que había saltado con mucho éxito a la pantalla cinematográfica encarnado por el actor norteamericano Eddie Constantine. Esa vida previa del personaje, poco conocida fuera de Francia, agrega a los muchos méritos de Alphaville el de ser la resignificación de un producto comercial de consumo masivo. A la audacia de esa apropiación hay que agregar la descripción anticipatoria de un universo en el que las emociones suponen una forma de trasgresión, y el uso insólito de locaciones parisinas reales.
Alphaville (Francia, 1965), de Jean-Luc Godard, c/Eddie Constantine, Anna Karina, Akim Tamiroff, Howard Vernon, Christa Lang. 95’.