Tunga
Xifópagas Capilares entre Nós
Rio de Janeiro, 1984

Xifópagas Capilares Entre Nós (2007). Dirección y guion: Evandro Salles, basado en la obra Lezart (1989) y el texto Xifópagas Capilares Entre Nós (1984), de Tunga. Con Diana Hammar y Julia Hammar. Filmado en Brasilia. Foto de portada: Juan Pratginestós.

La historia de las gemelas

por Jochen Volz

Una extraña mezcla de familiaridad, curiosidad y vergüenza nos habita al ver a estas gemelas idénticas, vestidas de blanco, conectadas entre sí a través de su rubia cabellera. Las chicas pasean por el espacio observando a su alrededor, pero sin prestar atención a aquellos que las miran. Parecen no depender de nadie, son dos niñas en una sola unidad armónica. Están en su mundo. Nosotros somos los voyeurs que tratan de entender su situación, su edad y su inocencia. Puede que su apariencia nos sorprenda, pero reconocemos lo que vemos.

Xifópagas Capilares Entre Nós es una pieza performática del artista brasilero Tunga (1952-2016), que presenta dos adolescentes gemelas que aparecen inesperadamente en las galerías del museo y sus alrededores. Van vestidas de idéntico blanco, con sandalias de tiras simples o zapatos chatos, y unidas por una gran peluca. Las performers tienen instrucciones de comportarse dentro de la sala como cualquier otro visitante, observando las obras montadas y siempre conscientes de su conexión.

“Son dos hermanas que se aman y se sorprenden de todo lo que ven. Caminan de la mano, comparten secretos, y de tanto en tanto se sientan en alguna esquina a mirar las cosas a su alrededor. (…) No hablan con nadie más, no porque sean antipáticas sino por timidez”, dice la descripción que les han dado. La presencia de las muchachas esfuma la línea entre la realidad y la ficción.

Xifópagas Capilares Entre Nós fue llevada a cabo por primera vez en 1984, en un evento titulado Utopía y Entropía, en la ciudad de Petrópolis. Poco después se presentó en la exhibición que Tunga realizó en el Gabinete de Arte Raquel Arnaud Babenco, en San Pablo. La performance ganó otra capa de significado al ser realizada en un congreso de psicoanálisis, el II Congresso Brasileiro da Causa Freudiana do Brasil, en octubre de 1985, en Río de Janeiro. En esa ocasión, Tunga publicó un panfleto, inserto en la revista Revirão 2 – Revista da Prática Freudiana. El texto del panfleto abre con la afirmación de que, en los años transcurridos desde 1980, el narrador se ha encontrado con datos y hechos que quisiera ahora contar como testigo. Uno de esos pasajes se refiere a un artículo del naturalista danés Pieter Wilhelm Lund (1801-1880), considerado por muchos el padre de la paleontología y la arqueología brasileña, y también conocido por ser él mismo un gran narrador de historias.

Esta ficción narrativa, atribuida a Lund, y referida a la mitología nórdica, cuenta la historia de dos hermanas gemelas unidas por su cabellera. Se dice que su singularidad fue tolerada durante la infancia, pero que, al llegar a la pubertad, el pueblo consideró que su presencia era una amenaza. Las hermanas deberían ser separadas o sacrificadas. Ambas fueron decapitadas al negarse a cortarse el cabello. La cabellera junto con las dos cabezas fue colgada de un árbol, pero con el tiempo los cráneos se despegaron del cuero cabelludo, dejando solo aquel cabello rubio, como un trofeo macabro. Un forajido –prosigue la historia­– halló la cabellera al pasar por ahí, y la tomó para dársela como regalo a su amada. Ella la salvaguardó con cuidado, pero tomó un par de hebras para bordarlas en un pedazo de seda. Al hacerlo, la muchacha notó que, gradualmente, el cabello se convertía en oro y otros bellos metales.

La historia publicada por Tunga en el panfleto no puede rastrearse en la mitología escandinava. Pero sí existen historias similares, como la de la diosa Sif, a quien el dios Loki cortó sus bucles, y debió entonces sustituirlos por hilos de oro. La versión que el artista hace de la mitología nórdica parece igualmente plausible, familiar e inquietante.

Xifópagas Capilares Entre Nós  es, sin lugar a dudas, uno de los trabajos mejor conocidos y más enigmáticos de Tunga. El artista evoca aquí una imagen muy particular, primordial en la imaginación de los espectadores, estimulada tanto por el hecho de ver la performance, leer el texto sobre sus orígenes mitológicos, observar una foto que documente el trabajo o escuchar un rumor sobre el mismo. Hay muy pocas obras en la historia del arte con semejante capacidad de síntesis, atemporalidad y fuerza poética. El motivo de la eterna búsqueda del gemelo es tan universal como el temor a la separación. Nos parece reconocer un antiguo mito en este trabajo, aunque nunca antes hayamos oído hablar, o visto, a las gemelas.

Más aún, Xifópagas Capilares Entre Nós es una obra vital también para comprender la totalidad del trabajo de Tunga. Es una introducción extraordinaria a su vocabulario visual, material y poético. Pelo, trenzas, nudos, la calma, las calaveras, el cuero cabelludo, el cuerpo humano, el trofeo, son elementos recurrentes en las esculturas y los dibujos de este artista. Metales preciosos como el cobre, el bronce,  el latón, el plomo o el oro, son los materiales que reiteradamente utiliza. Incluso la figura poética del palíndromo reaparece a lo largo de su trayectoria: recordemos, por ejemplo, las dos grandes instalaciones escultóricas Lezart (1989) y Palíndromo Incesto (1990-1992).

Muchos de los trabajos de Tunga derivan de, o se corresponden con, historias. Xifópagas Capilares Entre Nós es especial, empero, puesto que la narración y la manifestación física de la obra coexisten, sin que una funcione como ilustración de la otra. Poesía y escultura son dos caras de un mismo modo de hacer arte, y ambas formas están totalmente conectadas, no sólo la una con la otra, sino con la totalidad de la práctica del artista. Xifópagas Capilares Entre Nós es tanto un poema visual como un pensamiento escultórico, que nos conduce a otras tantas historias.

Tuve el enorme privilegio de trabajar con Tunga por casi tres años en la Galería Psicoactiva, en Inhotim. Un espacio de exhibición de 2200 metros cuadrados dedicados permanentemente a su obra, que incluye esculturas, dibujos, instalaciones, películas y performances, realizados entre comienzos de los 80 y la inauguración de ese pabellón en 2012. Es la exhibición más grande de obras de este artista en todo el mundo, e incluye algunas de sus piezas más conocidas, como Toro (1980), Ão (1980-81), Lezart (1989), Palíndromo Incesto (1990-1992), Nociferatu Spectrum (1999-2001), À la lumière des deux mondes (2005) and Cooking Crystals (2008-2010), entre muchas otras. La muestra se organiza de tal modo que una obra va llevando a la otra, y, en el recorrido entre ellas, el espectador dibuja un espiral. Consiste en un proceso activo de lectura de las obras y sus conexiones, que permite descifrar las muchas narrativas, poemas y juegos de roles que existen entre ellas.

Tunga describía la galería usando la metáfora del acelerador de partículas: cada persona que entra al espacio es la representación de una partícula, y la interacción entre ellas, incluyendo su experiencia con las obras, es lo que define el espacio. Él mismo fue capaz de hacer y rehacer esas conexiones constantemente y a una gran velocidad, apelando a las ciencias del espíritu o la naturaleza, la literatura, la mitología y la filosofía.

Sin embargo, recién comprendí verdaderamente la maestría de Tunga en la presentación de cuatro de sus performances, durante la inauguración de la galería: A prole do bebê (1989-2001), Debaixo do meu chapéu e Ponta-cabeça (1995), Tereza (1998) y Xifópagas Capilares Entre Nós. Entre los visitantes circulaban más de cien performers, comprometidos en diferentes actividades. Hubo música y sirvieron sopa, fue caótico y hermoso. Pero cuando las gemelas aparecieron, el tiempo pareció suspenderse y los ruidos se disiparon. Tunga conocía su repertorio perfectamente bien. Cada obra se había convertido en el ingrediente de un mágico proceso de transformación energética.

Todo simultáneamente presente

por Guy Brett

Tengo la impresión de que el museo o la galería no es el verdadero hogar de las esculturas de Tunga. [1] De hecho, ningún lugar consagrado a la exhibición de arte lo es, ni siquiera aquellos espacios a cielo abierto. Sus obras encuentran su lugar de pertenencia, su verdadera vitalidad, como parte de las narrativas literarias, fotográficas, de video o performance que el mismo Tunga ingeniosamente construye para ellas (y que casi siempre incluyen a otros artistas y performers). Y esto a pesar de que la materialidad física, el acento puesto en la materia, parece ser su lenguaje esencial.

Quizás esa impresión se haya originado en mi primera experiencia con su obra, que no tuvo lugar en una galería sino en su casa en Río de Janeiro. Estrada do Soriman 512 se extiende al pie de la gran roca Pedra da Gávea. Suave, vertiginosa, cubierta de vegetación, de calor radiante; un guijarro magnificado un millón de veces: contradicciones de escala, peso o sustancia que parecen proyectarse al interior de la casa, en la que esculturas, libros, elementos de cocina y una hamaca comparten el espacio de trabajo.

Un largo y pesado bucle hecho de cable trenzado se adhiere al suelo. Un “garrote” ordinario, una acumulación de trozos de imanes magnéticos, se inclina contra la pared. El motivo del bucle de pelo se retoma en una imagen pintada con delicados toques de pincel sobre un gran trozo de seda fina, que cuelga de una cuerda. (Imagen que se comporta en clara semejanza con los campos de fuerza magnética, generados por los filamentos metálicos alrededor del imán). Igual de intensos fueron, en esta primera impresión, la sensación de presencia física ante esos materiales, y mi desconcierto intelectual. Un objeto individual –un peine de metal sujetando una masa de cables de cobre, por ejemplo– capturaba la atención, porque generaba una asombrosa e inesperada analogía entre las energías “escultóricas”, y aquellas propias del cuerpo humano. Pero ninguno de los objetos a la vista, cada uno con una identidad material clara, parecía relacionarse con los otros. Tuve la fuerte sensación de que las verdades conocidas, las morfologías aceptadas que establecen sistemas de relaciones –el plástico, lo serial, lo genérico– no cabían aquí, y que estos objetos eran el resultado de la búsqueda de un nuevo orden, o sistema de relaciones. Pero no era un asunto de solo dar con una mera “clave” intelectual, porque la abrumadora sensación de inmersión en el mundo físico que proponía el trabajo cuestionaba la relación de la materia con el sentido.

Una “instalación” de Tunga es un modo de combinar la sobriedad de los objetos con el proceso de sus “mutuos contagios” (para usar una expresión propia del artista). Un modo de combinar identidades fijas y fluidas en un circuito, un continuo, un flujo de energía. En Lezart (1989), por ejemplo, el hierro, el cobre y el latón están conectados entre sí en tanto elementos –como si fuesen a generar electricidad entre ellos– pero también figurativamente, a través de la imagen del pelo y el peine. De alguna manera, los peines controlan a los indisciplinados pelos-cables como una compuerta conduce el agua, o los cables, interruptores y cajas de empalme conducen la corriente eléctrica. La trenza también introduce un patrón, un elemento de orden o “cultura”, al estado salvaje de la electricidad/pelo. Pero el patrón del trenzado es también análogo al patrón de la piel de una serpiente, un patrón propio de la naturaleza. De similar modo, el magnetismo se presenta en forma casual y desordenada, muy diferente de como se comporta en la bobina de un motor eléctrico. En conjunto, las instalaciones de Tunga intensifican las tensiones entre orden y caos, de un modo que repercute en nuestras formas habituales de circunscribir y nombrar los fragmentos de realidad.

En la temprana escultura moderna, la creación por parte de Gabo del “volumen virtual” mediante cables vibrantes, fue una propuesta audaz. Su inmaterialidad puso patas arriba los conceptos de la escultura, pero todavía era necesaria la existencia de un volumen “real”, respecto del cual el otro fuese visto como “virtual”. Tunga suprimió esta dicotomía: “Cuando te sumerges en el agua, la forma que dibujas es real, no virtual. Cuando entro en una sala, una cantidad equivalente a mí de aire abandona el espacio”. [2] ¿Cómo señalar esa realidad? Una de sus tempranas series de esculturas (Exogenous Asis, 1986) adquiere su forma al solidificar, por así decirlo, el aire entre los dos perfiles enfrentados de un mismo cuerpo. (Los siete objetos de la serie derivan de los perfiles de siete mujeres que, según el artista, eran personalidades destacadas para la sociedad brasileña). Este intervalo de aire se materializa como un cáliz de acero (la cabeza) que, cual precioso receptáculo, se monta sobre un pedestal de madera torneada con forma de campana (cuerpo). La parte sólida de la escultura es todo lo que no es la imagen de la persona pero, paradójicamente, es su presencia.

En nuestro primer encuentro, Tunga me entregó un pequeño librito. Con la pretensión de ser (quizás siéndolo) una reimpresión de Revirão 2 – Revista de Prática Freudiana (Rio de Janeiro, 1985), el objeto tramaba un hilo fantástico que dejaba en claro el modo en que sus objetos, aunque aparentemente distintos, se conectan y reverberan entre sí. Comienza con su propio relato del proyecto (1981), con la idea de rodar una película que represente el viaje por el largo y curvado túnel de Dois Irmãos (Dos hermanos), en las afueras de Río, en la ruta de São Conrado-Gávea; una cinta cuyas puntas fueron luego unidas en un círculo, un loop, un túnel sin fin, “un toro (anillo topológico) imaginario en el interior de una montaña”. El descubrimiento de algunos recortes de diario y reportes antropológicos lo conduce (o lo desvía) a hacer extrañas conexiones. Por ejemplo: el tema del “pelo” se origina en un artículo científico sobre unas gemelas unidas por el cabello. Extraño trofeo, luego de su muerte, la cabellera cae en manos de una mujer que extrae dos hebras para coserlas en un bordado, que recrea una imagen vista en sueños. Mientras está bordando, las hebras de pelo se tornan metálicas, aparentemente de oro. El cuero cabelludo pasa al Templo de Yum Ka, donde los hombres pintan con gestuales pinceladas imágenes sobre seda… ¡mientras muerden sus lenguas! Tan fascinados quedaron con el bordado, que mantienen eternamente dormida a la mujer, para poder pintar las imágenes de sus sueños sobre seda. Este es el origen de las pinturas de seda (seda tiene la misma raíz que sedativo en portugués). [3] Y así. Hay otras conexiones inverosímiles. (Mientras leo, comienzo a sentirme incómodo con los tradicionales roles femeninos y masculinos asignados en la historia. Pero luego pienso que tal vez ha sido el producto de cierto arcaísmo en el estilo literario. Y, de todos modos, Tunga diría que masculino/femenino no son sino aspectos de un mismo ser. Le gusta citar la somnolencia y la indolencia como características de su propio modo de trabajo).

¿Por qué construir esta “documentación” alternativa, que fusiona lo plausible con lo imposible, lo mundano con lo fantasmagórico? Tal vez para parodiar la raison d’être establecida para la producción artística (la que dan los museos y el mercado) mediante el invento de otro circuito en el que el mundo y el tiempo se cruzan con las esferas antropológica, paleontológica, zoológica, médica y paranormal. (Siempre irónicamente, puesto que él mismo revela que cada una de esas esferas es tan limitada como las demás). Podría ser un modo de contrarrestar el estatismo del objeto de arte autónomo mediante una fábula en la que un cuerpo u objeto es sumergido en otro ad infinitum. (En el relato Tunga se desplaza de lo banal a lo singular). En O Nervo de Prata (El nervio de plata), la película que realizó con Artur Oman, esta idea se extiende a la metáfora de tragar, que se recrea a lo largo del film.    

El reciente libro de Tunga Barroco de lirios [4] (que escribió, diseñó y editó él mismo), es un claro intento por presentar su trabajo en un nivel de lujoso detalle fotográfico. También, por alejarse del tiempo y espacio –insulso y chato– de las exposiciones en galerías o museos, para llevarlo hacia una dimensión más potente y misteriosa. Cada una de las secuencias de imágenes que condensan las obras es acompañada por un texto entrelazado tipográficamente en ese montaje brillante, que Tunga genera a medida que avanza página a página.

“Ão” es en el libro una secuencia memorable, que comienza con un pequeño anillo circular hecho de película cinematográfica, y dispuesto como una joya sobre una página plateada. Le sigue una hoja de acetato transparente con la radiografía de un cráneo humano, en la que el vacío dibuja una forma circular sugiriendo una trepanación. El turbio cerebro visto a través de esa cavidad resulta ser, en la página siguiente, un anillo de humo flotando en el espacio. Inmediatamente después, vienen las fotos del interior del túnel Dois Irmãos, donde nos adentramos por varias páginas, mientras en su bóveda todavía permanece el anillo de humo. De repente el humo se solidifica, por así decirlo, adquiriendo la forma de unos anillos de hierro oxidados, que nos traen abruptamente a la otra punta del espectro sensorial, donde viven sus vidas nuestros cuerpos terrestres. Los anillos de hierro, de los cuales podríamos levantar con la mano, quizás, solo el más pequeño, encajan perfectamente unos en otros. Paralelamente a nuestros cuerpos, nuestras mentes contemplan la exégesis que Tunga realiza de una construcción abstracta: el anillo topológico. (En contextos expositivos, el túnel circular ha sido presentado como una proyección del film en loop, y el anillo de hierro como una escultura).

Debajo de todo esto, a través de la obra de este artista se percibe la formidable matriz de la naturaleza tropical. Y la percepción se potencia al ser evocada tangencialmente, a través de antiguos fragmentos de textos de esparcimiento que recurren a los manierismos de la ciencia, la liturgia, las tradiciones esotéricas, los relatos de viajeros, las aventuras de los exploradores, las narraciones de los naturalistas, las reseñas de los investigadores. En este libro de “arte” la escena científica es el principal concepto. En lo que a mi observación respecta, la palabra arte, o artista, sólo aparece una vez en todo el libro, para describir a un armador de cigarros cubano que, siguiendo una de las muchas imágenes de reciprocidad y “contagio mutuo” que el libro traza, “fumaba mientras hacía cigarros… y hacía cigarros mientras fumaba”.

Tal vez uno de los objetivos, o efectos colaterales, de estas historias sea re-evaluar o jugar con la noción de narrativa en relación con otras estructuras. El elemento narrativo parecería entrar en conflicto con la idea de circuito: el relato parece conducir a algún sitio, tener un comienzo y un final, mientras el circuito es un continuum. El relato es un hilo, como el que guía hacia la salida del laberinto, o como la hebra dorada en el bordado que enriquece el residuo circundante. También se conecta con el pelo/cable en la escultura de Tunga, que se mueve en un continuo, desde el exceso caótico e hiperbólico al trenzado organizado (una organización que introduce un nuevo tipo de energía visual). La misma investigación científica parece tener con la narración una línea de contacto, al contar con un inicio, un seguimiento y un análisis de pistas, que derivan en algún tipo de prueba final. (En los relatos de Tunga hay narraciones que vienen de segunda o décima mano, y muchas cosas que pueden, o no, ser comprobadas). De hecho, sus relatos, complejizando aún más los funcionamientos del lenguaje, juegan con –o en contra de­– la investigación científica como tal, insistiendo en describir cada objeto o evento en términos de otros. ¿Es posible un lenguaje no metafórico? ¿O tiene tal alcance la metáfora, como condición sine qua non del lenguaje, que los intentos de la ciencia por describir o conocer un objeto “en sí mismo” y no en términos de otros; o, correspondientemente, los de la institución artística por aislar al objeto de la experiencia de vida, resultan una suerte de manía o disparate?

Los elementos literarios en las producciones de Tunga no niegan, a su vez, el interés por ciertas cuestiones escultóricas. Desde un determinado punto de vista, hasta aquí el legado del arte moderno claramente podría ser visto como un intento por desarrollar una nueva concepción, en términos visuales, de los vínculos y metamorfosis que trascienda las nociones clásicas de espacio/tiempo.

El lenguaje surrealista fue construido a partir de la incongruencia de los vínculos. Como todo el mundo sabe, una de sus fuentes de inspiración fue la frase de Lautrémont “el azaroso encuentro de un paraguas y una máquina de coser sobre una mesa de disección”, ­­en esencia una instantánea de la vida. Su golpe de efecto suele venir de la combinación incoherente de objetos descritos de modo convencional (de Chirico, Oppeheim, Magritte, Dalí); o de bestiarios híbridos (Lam, Ernst)  o de realismos vueltos espeluznantes a través de los sueños (Delvaux, Balthus) u otros. Los componentes de los objetos surrealistas, aún del ready made duchampiano, necesitan mantener su integridad, su identidad cotidiana, para que el cambio de contexto, o como Duchamp dijo “el nuevo pensamiento para el objeto”, surta efecto.

El concepto de relación y morfología que subyace a lo que es ampliamente conocido como arte abstracto, está basado en otro modelo: sistemas naturales u orgánicos revelados por las ciencias naturales, por ejemplo el crecimiento de las plantas o la estructura de los cristales o de las células. El biomorfismo (Miró, Calder, Arp, Schwitters) ocupa un lugar intermedio entre la abstracción-concretismo y el surrealismo. Para otros artistas, fueron elementos estructurales más personales los que les permitieron alcanzar un desarrollo serial: el equilibrio asimétrico más-menos entre horizontales y verticales (Mondrian); los arabescos (Matisse); los pictogramas y sistemas de notación (Klee, en cuyos trabajos éstos se combinan con el crecimiento de las plantas o la formación de cristales, etc.); la geometría ingrávida (Malevich, Lissitsky); los campos de fuerza (Moholy­-Nagy, Vantongerloo), y otros. Estos elementos estructurales, remanentes del espacio clásico, fueron cada vez más kinetizados.

Resulta muy llamativo que cada una de estos modos de producción tome características de una especie o género. Matisse dijo: “La higuera no tiene dos hojas iguales, pero todas ellas se proclaman ‘¡hoja de higuera’!”. La obra de arte proclama esta lógica interna, que es también la de la identidad del artista. Pero, paradójicamente y debido a otra lógica, la del mercado y las instituciones, la metáfora orgánica de la producción y la identidad se ha mecanizado: se ha vuelto metáfora de un tipo de comodidad que es altamente individual, e instantáneamente reconocible. La obra de algunos artistas (como la de Andy Warhol) advierte implícitamente este cambio y juega con eso. Pero también han surgido nuevas estrategias, tanto en la historia del arte “internacional” como en la del brasileño. La búsqueda de Tunga de un nuevo orden de relaciones, un continuum donde un cuerpo o discurso se sumerge en otro, es una de ellas, en la cual la exploración de las relaciones entre el objeto físico y el texto verbal es una parte esencial.

“El pensamiento y el lenguaje son inherentemente estáticos y sistemáticos, mientras la naturaleza es inherentemente elusiva y variable”. [5] Tunga se posiciona cuestionando que semejante dicotomía pueda ser sencillamente verdadera o falsa. Y al hacerlo ilumina, siento, una problemática fascinante y constante del arte brasileño. El duelo entre orden conceptual y naturaleza proliferante, entre esquema cerebral y pulso natural, discurre de diferentes modos a través del trabajo de muchos artistas e intelectuales brasileños del siglo XX. Se encuentra en los escritos de Oswald de Andrade durante la primera explosión del experimentalismo brasileño en los años ´20, cuando dice que en Brasil “tenemos una herencia dual: la selva y la escuela”; [6] y en los relieves blancos de Sergio Camargo de los 60, un interflujo de orden y caos preciso, refinado, condensado. La paradoja y la ironía suman a esta riqueza de opuestos. Por ejemplo, podríamos comparar el modo en que el “cuerpo” se presenta en la obra de Waltercio Caldas –una obra contemporánea, en apariencia desmaterializada y conceptual– con el modo en que la “mente” se ilumina en el “lenguaje del cuerpo” de Lygia Clark.

La noción de vivências –término que intencionalmente busca hacerse eco del sentido de inmersión en el mundo, de experiencia vivida, de fusión de lo sensorial con los procesos de pensamiento­– fue una de las favoritas de Lygia Clark y Hélio Oiticica. Comúnmente la usaban como un modo de medir la eficacia que sus propuestas tenían frente a la alienación de la academia intelectual, el consumo comercial y la institución artística. Así podía Oiticica, algunas veces, ejecutar el reverso elegante de sus propias premisas, buscando mantener vivo el pensamiento sobre un material, evitando que se reduzca a mero objeto inerte. Podía aparentar que vaciaba su obra del deleite sensorial por el que había sido, en principio, celebrada (por ejemplo en sus Bólidos, Núcleos y Parangolés); e introducir la noción de “supra-sensorial”, una estructura esquelética y casi sin identidad, un marco a ser habitado por la propia imaginación de los espectadores, a quienes invitaba a la acción sin forzarlos. Lo importante no era el objeto, sino el modo en que éste era “vivido” por el espectador/participante. En sus propias descripciones de las obras, Oiticica se refería a ellas más como verbos que como sustantivos.

Cerca del final de su vida, Oiticica produjo un objeto sorprendente y bastante poco conocido, el Ready Constructible (1978) al que acompañó con un texto escrito en forma de notas. En el título invocó a Duchamp solo para demostrar cuánto sentía que se había alejado de él. Este objeto deslucido, este cubo de masa hueca hecha de ladrillos y cavidades, fue el “ejercicio más extremo” del artista para alcanzar la interpenetración de o la “delgada línea” entre, los opuestos concebidos en un sentido universalista: entre lo indeterminado y lo estructurado minuciosamente; entre el adentro y el afuera; entre lo abierto y lo cerrado; entre la tierra y cada una de las construcciones humanas:

un ejercicio en la concreción de lo no concluido
o
el planteo de estructuras determinadas en el ejercicio de lo indeterminado. [7]

A pesar de las muy distintas sensibilidades –y generaciones– de Oiticica y Tunga, el significado que, en sus notas, el primero confiere al objeto material, nos hace pensar en el elemento imaginativo que representan los textos del segundo, en relación a sus esculturas. Los relatos de Tunga las “romantizan”. Y sin embargo, puesto que estos textos tienen un componente tan fuerte de literatura, de cuento, de juego o artificio, no sentimos la necesidad de aceptarlos solemnemente, con un espíritu comprometido como si tuvieran un sentido informativo o pedagógico. Son más bien pedazos de materia que, entonces, nos conducen otra vez a las transformaciones lingüístico-materiales,  y a su proximidad  con un núcleo orgánico. Y ahí es donde, creo, Tunga  realmente quiere que nuestra atención se pose.

 

Notes

1. Una parte de este estudio fue publicada originalmente en Tunga: 1977-1997. Bard College, Centro de Estudios Curatoriales. Nueva York, Sep.-Nov. 1997.
2. Declaraciones de Tunga. Notas tomadas por el autor durante un debate con estudiantes en Parque Lage, Río de Janeiro, en diciembre de 1986.
3. N. d. T.: También en español, pero no así en inglés, por eso el autor se ve obligado a aclararlo en el original.
4. TUNGA. Barroco de lírios. São Paulo: Cosac Naify, 1997.
5. MUECKE, D. C. Irony and the Ironic. Londres: Methuen, 1977.
6. ANDRADE, O. De. "Pau-Brasil Poetry Manifiesto" (1924). en: ADES, D. et al. Art in Latin America: the Modern Period. London: Yale University Press, 1989.
7. OITICICA, H. “Notes on the Ready Constructible (1978)”, en Hélio Oiticica (catálogo de la exposición). Witte de With Center for Contemporary Art, Rotterdam, 1992.

Catherine Lampert
Historiadora del arte y curadora
Vive y trabaja en Nueva York

Fue directora de la Whitechapel Gallery cuando Tunga exhibió allí en 1989 y comenzó a trabajar junto a él en 1989 para el libro monográfico Tunga, publicado en 2020. Entre otras exhibiciones y libros, es conocida por sus trabajos sobre Auguste Rodin, Frank Auerbach, Lucian Freud, Euan Uglow, Francis Alÿs, Peter Doig y Paula Rego. En 2021-2022 se lanzarán varias publicaciones de su autoría.

Catherine Lampert vio por primera vez Xifópagas Capilares Entre Nós en 1989, cuando organizó una exposición de Tunga en la Galería Whitechapel de Londres, y luego en varias ocasiones, a lo largo de los años, en diferentes instituciones. Para ella, la edad de las gemelas (no deben ser demasiado pequeñas) y el entorno en el que se presentan (cuanto más misterioso, mejor) son elementos fundamentales de la pieza. Lampert reflexiona también sobre la relevancia de la figura del doble en la carrera de Tunga y recupera una poética cita del artista: “El problema real de cómo ser un ser humano es la melancolía de estar juntos. La melancolía de estar solo, la melancolía de la continuidad, y la posibilidad de establecer la continuidad entre dos cuerpos continuos”.

“Ahora que he visto la obra siete veces, la última en 2018, me doy cuenta de que es importante que las chicas tengan alrededor de once o doce años. Están llegando a la pubertad, se están distanciando de su familia. Tienen una cierta vida interior, un carácter y, en este caso, una cierta indiferencia hacia el público. El público en Whitechapel quedó fascinado con estas chicas que recorrían el espacio, era algo que no esperaban”.

Diana Hammar
Entrenadora personal
Vive y trabaja Amsterdam

Se graduó en Educación Física en la Universidad Estácio de Sá, Rio de Janeiro; y se especializó en gimnasia rítmica.

Julia Hammar
Fisioterapeuta
Vive y trabaja en Rio de Janeiro

Especialista en corrección postural (RPG), se dedica a la recuperación de pacientes que sufren dolores crónicos y dolencias ortopédicas o neurológicas.

Julia y Diana Hammar son dos de las gemelas que participaron de la performance en varias de sus presentaciones. Ellas fueron invitadas por el curador Evandro Salles y viajaron a Brasilia para realizar el film que aquí incluimos. También protagonizaron la inauguración original de la muestra Arte para crianças en Brasilia y visitaron otras ciudades como Rio de Janeiro, San Pablo y Vila Velha. Julia y Diana recuerdan especialmente la extrañeza que les provocó la peluca que unía sus dos cabezas, y la fuerte conexión que sintieron al compartir la experiencia.

“Los niños se nos acercaban, querían tocar la peluca y tocarnos a nosotras, nos hacían preguntas… pero nosotras teníamos que fingir que no oíamos nada, que no veíamos nada. Los niños decían: ‘ellas no hablan, no entienden nuestro idioma’. Y nosotras debíamos aguantar la risa porque no podíamos reaccionar”.

Beverly Adams
Historiadora del arte y curadora
Vive y trabaja en Nueva York

Es la curadora Estrellita Brodsky de Arte Latinoamericano en el MoMA de Nueva York desde 2019. Anteriormente fue curadora de Arte Latinoamericano en el Blanton Museum, Austin, Texas (2014-2019); curadora de la Colección Diane and Bruce Halle, Phoenix, Arizona (2001-2013); y curadora de Arte Latinoamericano en el Phoenix Art Museum (1997-2001). Tiene un PhD en Historia del Arte por la Universidad de Texas en Austin.

Beverly Adams destaca las diferentes impresiones que las obras de Tunga provocan en el público norteamericano y en el latinoamericano. Recuerda particularmente la edición del libro Barroco de lirios, en el que el artista incluyó un texto que se tituló del mismo modo que la performance, Xifópagas Capilares Entre Nós. Finalmente, analiza una obra de Alberto da Veiga Guignard, en la que este pintor retrató a la madre de Tunga junto a su hermana gemela. En ella, los cabellos de ambas mujeres se confunden visualmente con las volutas del banco en el que están sentadas, creando una ilusión que las asemeja a las Xifópagas Capilares.

“La performance siempre ha sido para mi una especie de origen mítico de las obras de Tunga. Siempre la he considerado como el eslabón perdido, pero cuando la pensé en conexión con todas las otras obras –con la escultura, con el texto– no había realmente un comienzo y un final, parecía como si fuese parte de un bucle (…) Cuando consideramos la obra de Tunga, quedamos atrapados en este toro, una figura importante para Tunga, un bucle infinito que forma parte del universo onírico y poético que él crea”.

Laura Lima
Artista
Vive y trabaja en Rio de Janeiro

Ha realizado exhibiciones individuales en el Museu de Arte da Pampulha, Belo Horizonte, Brasil; Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Argentina; MUAC, Ciudad de México, México; Migros Museum fur Gegenwartskunst, Zurich, Suiza; Casa França Brasil, Rio de Janeiro, Brasil; Fundação Eva Klabin, Rio de Janeiro, Brasil; Bonniers Konsthall, Estocolmo, Suecia; Bonnefantenmuseum, Maastricht, Holanda; SMK-National Gallery of Denmark, Copenhague, Dinamarca; y Pinacoteca de São Paulo, Brasil. Participó en la 24ª y la 27ª Bienales de São Paulo; la 2ª y 3ª Bienales del Mercosur, Porto Alegre, Brasil; y la 11ª Bienal de Lyon, Francia. Recibió un BA en Filosofía por la Universidad del Estado de Rio de Janeiro y estudió arte en la Escuela de Artes Visuales del Parque Lage, Rio de Janeiro.

Laura Lima cuenta que Xifópagas Capilares Entre Nós fue un hito muy importante en la escena del arte brasileño de su época, pero que también es una obra muy actual que continúa influyendo en los artistas de su país. Destaca especialmente la conexión entre los cuerpos y la gama de citas metafóricas que contiene. Lima sostiene además que Tunga construye una nueva patafísica, a través de un relato mítico, de sus juegos psíquicos con el lenguaje y de la alteración de la percepción.

“Xifópagas es un trabajo de orden universal, una referencia para el arte brasileño, por esa increíble capacidad de abrevar en otras áreas o usar otros lenguajes como potencia. Es un trabajo que, ciertamente, estaba en mi imaginario cuando creé algunas obras a comienzos de los años noventa. Es interesante que yo nunca he visto una puesta de Xifópagas. No fui testigo, no la vi, pero creo que este trabajo estaría presente en cualquier nota al pie del pensamiento y referencia de un artista brasileño”.

Luisa Duarte
Crítica de arte y curadora independiente
Vive y trabaja en São Paulo

Fue coordinadora general del ciclo de conferencia “La Bienal de São Paulo y el entorno artístico brasileño – Memoria y proyección”, una plataforma de debates de la 28ª Bienal de São Paulo, 2008. Fue editora, en colaboración con Adriano Pedrosa, del libro ABC – Arte contemporáneo brasileño, Cosac & Naify, 2014. Junto a Evandro Salles, curó la exhibición Tunga, el rigor de la distracción, en el Museu de Arte do Rio – MAR, 2018. Organizó la exposición Por una retórica canibal, en el Museo de Arte Moderno de Bahia y el Museo de Arte Moderno Aloísio Magalhães, Recife, 2019. En 2019 fue curadora, junto a Solange Farkas, Miguel Lopez y Gabriel Bogossian de la 21ª Bienal Sesc Video Brasil, siendo también responsable de los Programas Públicos de esa Bienal. Fue organizadora, junto a Victor Gorgulho, del libro En el estremecimiento del mundo - Ensayos y entrevistas a la Luz de la pandemia, Editora Cobogó, 2020. Obtuvo un Master en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de São Paulo y un PhD por el UERJ Art Institute (2019).

Luisa Duarte afirma que el formato del rumor es particularmente adecuado para la obra de Tunga, porque ésta se basa en una mezcla de realidad y ficción. Duarte se refiere a la edición de la revista psicoanalítica Revirão –reproducida más abajo en esta misma página–, en la que Tunga publicó por primera vez el texto completo del mito de las Xifópagas. En esa historia juegan un rol fundamental el sueño y la alquimia, por un lado, y la duplicidad y la continuidad, por el otro. Duarte vincula estas ideas con otras obras, como el video O Nervo de Prata, A Vanguarda Viperina y Eixo Exógeno, en las que el artista también trabaja con la dualidad entre realidad y ficción.

“Este es un trabajo que se da en varios lenguajes: en forma de fotografía, de performance, de texto ficcional y de video. Y un lenguaje rebate al otro, formando justamente esa idea de continuidad, no de una línea con un punto de partida y punto de llegada. Es decir, se nos invita a abordar, a ver, a pensar el trabajo desde innumerables puntos de vista, nunca desde uno solo (…) En este sentido, Xifópagas Capilares también es ejemplar de una idea de Tunga, a quien le gustaba decir que era un clínico general, y no un especialista en una sola actividad”.

Archivo 1 >
Imágenes de la performance


Imagen superior:
Xifópagas Capilares entre Nós (1984)
Kanaal Art Foundation, Kortrijk, Bélgica,
1989. Foto: Gilles Hutchinson

Esta selección de fotografías reúne varias versiones de Xifópagas Capilares Entre Nós, realizadas entre 1984 y 2018. Algunas son documentaciones de la performance en un locación particular y otras fueron concebidas por Tunga como fotografías, realizadas en colaboración con fotógrafos profesionales y consideradas obras de arte en sí mismas.

Xifópagas Capilares Entre Nós (1984)
Impresión blanco y negro
25,5 x 30,5 cm
Edición de 3
Foto: Manuel Valença

Xifópagas Capilares entre Nós (1987)
Impresión blanco y negro
120 x 80cm
Edición de 3 + AP
Foto: Wilton Montenegro

Xifópagas Capilares entre Nós (1984)
Kanaal Art Foundation
Kortrijk, Bélgica, 1989
Foto: Gilles Hutchinson

Xifópagas Capilares Entre Nós (1984)
Museo de Arte Contemporáneo
Monterrey, México, 2001
Foto: Robert Ortiz Giacomán

Xifópagas Capilares Entre Nós (1984)
Museo de Arte Contemporáneo
Monterrey, México, 2001
Foto: Robert Ortiz Giacomán

Xifópagas Capilares Entre Nós (1984)
Instituto Inhotim
Brumadinho, Brasil, 2012
Foto: Lucia Helena Zaremba

Xifópagas Capilares Entre Nós (1984)
Tate Modern
Londres, 2018
Foto: Oliver Cowling

Xifópagas Capilares Entre Nós (1984)
Tate Modern
Londres, 2018
Foto: Oliver Cowling

Archivo 2 >
Línea de tiempo

1984-1985
Utopia e Entropia, Petrópolis, Brasil.

1985
TUNGA. Galeria Raquel Arnaud, São Paulo.
Xifópagas Capilares Entre Nós. II Congresso Brasileiro da Causa Freudiana do Brasil, Rio de Janeiro.
Escultura 85. Museo de Bellas Artes, Caracas. Curada por Cristina Arria.

1986
De la talla al ensamblaje. Museo de Bellas Artes, Caracas. Curada por Federica Palomero.

1987
Xifópagas Capilares Entre Nós / O Nervo de Prata. Fundação Progresso, Rio de Janeiro.

1989
TUNGA. Whitechapel Gallery, London. Curada por Catherine Lampert.
U-ABC. Stedelijk Museum, Amsterdam. Curada por Dorine Mignot.
Lezarts and Through. Kunststichting Kanaal Art Foundation, Kortrijk, Bélgica. Curada por Cathy de Zegher.
Option 37: TUNGA. Museum of Contemporary Art of Chicago, Chicago. Curada por Bruce Guenther.

1990
U-ABC. Fundação Caloute Gulbenkian. Centro de Arte Moderna José de Azeredo Perdigão, Lisboa. Curada por Dorine Mignot.
Interceptions. The Power Plant, Toronto. Curada por Louise Dompierre.

1997
TUNGA 1977-1997. Bard College, Nueva York; Moca North Miami, Miami; Museo Alejandro Otero, Caracas. Curada por Carlos Basualdo.

2001
TUNGA. Galerie Nationale du Jeu de Paume, París. Curada por Daniel Abadie and Nelson Aguilar.
TUNGA. Museo de Arte Contemporáneo, Monterrey. Curada por Carlos Basualdo.

2007
Arte para crianças. CCBB, Brasilia; Museu do Vale do Rio Doce, Vila Velha; Museu de Arte Moderna, Rio de Janeiro. Curada por Evandro Salles.

2008
Arte ≠ Vida: Actions by Artists of the Americas, 1960-2000. Museo del Barrio, Nueva York. Curada por Deborah Cullen.

2012
Galeria Psicoativa opening. Instituto Inhotim, Brumadinho, Brasil.

2015
Xifópagas Capilares Entre Nós. Frieze Live, Londres.

2016
Homenagem Tunga. Instituto Inhotim, Brumadinho, Brasil.

2018
Xifópagas Capilares Entre Nós. Tate Modern, Londres.

Archivo 3 >
Brochure

TUNGA. Xifópagas Capilares Entre Nós, publicado en Revirão 2 – Revista da Prática Freudiana, en ocasión de la Segunda Conferencia Brasileña sobre Psicoanálisis, a outra editora, Rio de Janeiro, 4-6 de octubre de 1985.

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Artículos de prensa seleccionados

MORAIS, Frederico. ‘Depois das tranças intrigantes, as meninas xifópagas capilares: Tunga’. 2º Caderno, O Globo, Rio de Janeiro, 10/04/1985.

MORAIS, Frederico. ‘Ivens, Iole, Tunga: a nova escultura’. 2º Caderno, O Globo, Rio de Janeiro, 1985.

‘Tunga recontrói a lenda das xifópagas capilares’. Folha de São Paulo, São Paulo, 11/04/1985.

‘Tunga e sua homenagem às Xifópagas Capilares’, Estado de São Paulo, São Paulo, 11/04/1985.

‘Nas esculturas de Tunga, uma lenda oriental’, Folha da Tarde, São Paulo, 11/04/1985.

KLINTOWITZ, Jacob. ‘Tunga, promovendo perucas’. Jornal da Tarde, São Paulo, 12/04/1985.

ABRAMO, Radha. ‘Belo ritual de passagem’, Folha de São Paulo, São Paulo, 29/04/1985.

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Bibliografía

AGUILAR, Nelson. ‘Frictions baroques’, Tunga: Galerie Nationale du Jeu de Paume, Jeu de Paume, París, 2001.

BASUALDO, Carlos. ‘A Viperine Avant-Garde’, Tunga: 1977-1997, Center for Curatorial Studies, Bard College, Annandale-on-Hudson, Nueva York, 1998.

BRETT, Guy. ‘Tunga’, Lezarts and Through. Kunststichting Kanaal Art Foundation, Kortrijk.

___________ ‘Everything Simultaneously Present’, Tunga: 1977-1997, Center for Curatorial Studies, Bard College, Annandale-on-Hudson, Nueva York, 1998.

MIGNOT, Dorine [cur.]; AMARAL; Aracy; BEEREN, Wim; BARENTS, Els; KALENBERG, Angel; WHITELOW, Guillermo; ZURITA, Raúl. ‘Turn the map upside down; Variety and vitality in Brazilian art’, UABC: schilderijen, beelden, fotografie uit Uruguay, Argentinièe, Brazilièe, Chili, Stedelijk Museum, Amsterdam, 1989.

HIRANO, Keichiro. Transformation, Museum of Contemporary Art, Tokio, 2010.

MARTINS, Marta. Narrativas Ficcionais de Tunga. Apicuri, Rio de Janeiro, 2013.

PALOMERO, Federica. De la talla al ensamblaje. Museo de Bellas Artes, Caracas, 1986.

RAMÍREZ, Mari Carmen; WELLEN, Michael. Nested Fantasies, Contingent Beauty Contemporary Art From Latin America, Museum of Fine Art, Houston, and Yale University Press, New Haven y Londres, 2015.

RASMUSSEN, Waldo; ASHTON, Dore; HERKENHOFF, Paulo; TUNGA; Surrealism and Latin America; The theme of crisis in contemporary Latin American Art, Latin America Artists of The Twentieth Century, Museum of Modern Art, Nueva York, 1993.

ROLNIK, Suely, Instauration of Worlds, Tunga: 1977-1997, Center for Curatorial Studies, Bard College, Annandale-on-Hudson, Nueva York, 1998.

SALLES, Evandro. Arte para crianças, Centro Cultural Banco do Brasil, Brasilia, 2008.

SALZSTEIN-GOLDBERG, Sonia; MESQUITA, Ivo; LEIRNER, Sheila; TUNGA; VENANCIO FILHO, Paulo. Imaginários Singulares; Apresentação; A dificuldade de ser fantástico, Fundação Bienal de São Paulo, São Paulo, 1987.

SUK-WON, Chang [chief cur.]; KIM, Yu Yeon [cur.]; TUNGA. “Exotica incognita Latin America: charting reinvention”, Man+Space, Kwangju Biennale 2000, Kwangju, 2000.

TUNGA. Xifópagas Capilares Entre Nós, publicado en Revirão 2 – Revista da Prática Freudiana, en ocasión de la Segunda Conferencia Brasileña sobre Psicoanálisis, a outra editora, Rio de Janeiro, 4-6 de octubre de 1985.

______ Xifópagas Capilares Entre Nós/ Xifópagas Capilares Entre Nosotros, Museo de Bellas Artes y FUNDARTE, Caracas, 1985.

______ Barroco de Lírios. Cosac Naify, São Paulo, 1997.

TUNGA; CIANCIOTTA, Marco. ‘…segni indicavano la pubertà di xifopaghi capillari tra noi’, in Senza Titolo, 1987.

TUNGA; LANE, Simon. La Véritable Illusion, Paso Doble nº 4, Paso Doble, París, 1996

TUNGA; OLIVEIRA. Luiz Alberto de, Lucidez do Paradoxo, Gabinete de Arte Raquel Arnaud Babenco, São Paulo, 1985.

 

 

Malba agradece especialmente al Instituto Tunga, Rio de Janeiro, por su colaboración en este proyecto.