20.05.2019

George Friedman: el triunfo de la ficción

Por Facundo de Zuviría

Hay fotografías que cautivan nuestra atención, como las de George Friedman que se presentan en la muestra Mundo propio. Fotografía moderna argentina 1927-1962. Son siete imágenes de fotonovelas que aluden al pasado, a un tiempo donde el ideal de un amor romántico despertaba suspiros y hacía vender cientos de miles de ejemplares a revistas que lo idealizaban hasta llegar al grado cero de la cursilería.

¿Qué tienen en común dos manos entrelazadas –un hombre y una mujer, desde ya– junto a unas tazas vacías de café, una azafata de impecable rodete que espera a un probable piloto en un paisaje natural, una pareja también aeronáutica que se despide en la pista bajo un avión –alusión a Casablanca, sin duda– y una pareja glamorosa fumando en una sesión privada de cine? Quizás todas ellas representen un anhelo propio del cine a un público que pueda verlo en la intimidad de sus casas, el de una vida de ensueño que permita vislumbrar esos paraísos románticos alejados de las realidades cotidianas de las lectoras. Porque estos paraísos, estos sueños, estaban dirigidos a ellas.

Lo cierto es que el tiempo unificó al público lector, y los suspiros que despertaban las páginas de aquellas fotonovelas hoy no son patrimonio exclusivo de las mujeres, muy por el contrario, todos miramos con fascinación esas fotografías construidas con artificio cinematográfico que evocan amores lejanos, improbables o directamente imposibles y nos meten de lleno en el campo de la ficción.

En esto radica la magia de las fotografías que George Friedman produjo durante años para las fotonovelas que publicaba la revista Idilio, tarea que realizó con particular maestría, dominando la escena, dirigiendo actores y actrices, manejando la luz y componiendo encuadres extraordinarios sobre cada situación, y que lo revelan como uno de los grandes maestros de la fotografía en la Argentina.

 

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