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Este film fue escandalosamente famoso por su escena final pero debiera serlo también por su impactante comienzo, en el que dos hombres buscan esforzadamente a un tercero y, cuando uno de ellos lo encuentra, lo cose a balazos en el medio de una cena de gala. Se trata de una adaptación de “La señorita Elsa”, novela breve del vienés Arthur Schnitzler, que ha sido interpretada como protofeminista. Algo de esa intención es muy visible en la adaptación de César Tiempo para Christensen, en la que Olga Zubarry interpreta a una joven cercada hasta la asfixia por un torrente de palabras imperativas, retorcidas, extorsivas y emocionalmente devastadoras, dichas en parte por el hombre muerto al principio y en parte también por el propio padre de la joven, que oficia de ¿involuntario? entregador. Fue el primer protagónico de Zubarry, que entonces tenía 17 años, como su personaje, y venía haciendo papeles menores en otras películas del sello Lumiton. En el elenco se destaca con facilidad Guillermo Battaglia, que probablemente fuera el único actor del momento capaz de proporcionar asombrosa convicción a sus sibilinos parlamentos. Parte del film fue filmado en Brasil, donde el director Christensen se instaló una década más tarde para desarrollar una extensa filmografía. Una importante canción para una escena sensual en la playa fue interpretada por el gran Oscar Alemán. Texto de Fernando M. Peña 

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