En el Día de la Mujer, nos sumamos a la iniciativa de National Museum of Women in the Arts y otras instituciones alrededor del mundo para hacer visible el trabajo de grandes artistas mujeres. La propuesta es elegir a cinco artistas y desde MALBA destacamos a estas cinco mujeres que se sumaron recientemente a la colección del museo: Mariela Scafati, Mónica Mayer, Ana Gallardo, Mirtha Dermisache y Beatriz González.

Con una estética que evoca al mismo tiempo el aficherío universitario y la comunicación virtual de las redes sociales, en su obra Windows (2011) Mariela Scafati reclama para el arte contemporáneo una salida a la calle para detectar el cambio. Los mensajes que se leen en los afiches escritos a mano y con fondos en distintos tonos de rojo se convierten en una especie de poesía visual contemporánea, con gran carga política y social. 

Lo normal (1978) de Mónica Mayer es una obra compuesta por 10 postales impresas intervenidas con sellos. En ella, Mayer se fotografió a sí misma realizando diferentes gestos. Generó así un archivo para un simulacro de encuesta que permitía, siguiendo las instrucciones, que cada uno evaluara la "normalidad" de sus preferencias sexuales. La encuesta se dirigía originalmente a las mujeres.

CV laboral (2009), de Ana Gallardo, es una pieza sonora que dura 4 minutos y consiste en la lectura por parte de la artista de su CV laboral. La pieza es acompañada de un pequeño texto explicativo: “No vivo de la venta de mis obras, por lo tanto tengo que hacer otro tipo de trabajos para ganar mi sustento y el de mi familia. Grabé un audio donde narro mi currículo laboral. Todo lo que hago y he hecho a lo largo de mi vida desde que comencé a trabajar.”

Mirtha Dermisache desarrolló una obra caligráfica a través de “escrituras ilegibles”, término acuñado por Roland Barthes, quien en 1971 destacó su capacidad de alcanzar la “esencia de la escritura”. Dermisache se interesó más por la capacidad editorial de sus obras que por el concepto de original. Su producción se encuentra entre la plástica y la escritura, e incluye libros, cartas, textos, diarios y postales, entre otros formatos con los que experimentó las posibilidades de expresión de su trazo personal sobre el papel.

Sobre la obra Decoración de interiores (1981), de Beatriz González, escribió el artista y crítico colombiano Humberto Junca: "Con esta pieza Beatriz González señaló, sagazmente y con mucho humor, la forma en que los medios de comunicación encubrían varias 'realidades' tras las inocentes veladas del mandatario. Como se comprobaría después, detrás de la imagen pública conscientemente decorativa del gobierno de Turbay se ocultó (entre otras cosas) el horror del Estatuto de Seguridad y el sistemático y criminal exterminio de la oposición".