Antonio Berni. Chelsea Hotel, 1977.

Pablo Suárez siempre sostuvo que Antonio Berni, a quien conocía desde su juventud, fue una de sus grandes influencias. Sin dudas hay muchísimos rasgos de las Ramonas de Berni en las Muñecas bravas de Suárez, pero sobre todo hay un interés general compartido por ambos en desarrollar un realismo crudo –de fuertes implicancias políticas–, a partir de la reinterpretación de ciertos temas populares y de la utilización de materiales considerados “bajos” o de desecho.

Antonio Berni. La gran tentación o La gran ilusión, 1962.

“La obra de Berni adquiere una enorme eficacia precisamente porque está armada en torno a una intencionalidad política”, dice Suárez en una entrevista de 1994.* “Todos los elementos que toma de las distintas vanguardias los deshabitua y los utiliza en un discurso que es absolutamente contrario. Berni hace un discurso casi panfletario y utiliza elementos, los ingredientes de las obras de todas las vanguardias, y pretende dejarlos en estado de pureza. Los mete dentro de un orden diferente. Entonces aparece una chapa podrida, el masacote de pintura, el pedazo de tul de un velo de novia, pero no como una cosa en sí. Usa todos los elementos que están institucionalizados por las vanguardias europeas y les cambia todo el sentido, los pone a favor de una idea. Eso es lo que le da solidez y lo que hace que no se agote como se agotan las obras de todos los demás. Esa sigue jugosa como un puchero. Es una especie de cosa viva”.

Pablo Suárez. Oralidad, Oralidad, 1964-88.

Hoy a las 18:30, como parte del ciclo Historias de verano, la historiadora del arte Lía Munilla ofrecerá un recorrido por algunas de las obras de Berni que forman parte de la Colección Malba, y que van desde el lenguaje surrealista que marcó sus años de formación europea hasta sus ensamblajes multimatéricos de los años sesenta. La visita presentará además un contrapunto con las obras de Suárez que se exhiben en la muestra Narciso Plebeyo.

* Esta entrevista a Suárez fue realizada y publicada en el marco del ciclo “Contrapuntos reales”, organizado por la Escuela de Bellas Artes de la Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario, del 26 de agosto al 16 de septiembre de 1994.

 

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